Se pasea por las calles de la ciudad, mira todos los escaparates y se siente feliz porque todo es más caro. Objetos que antes le eran indiferentes ahora le incitan a la compra. Le preocupa que todo pueda abaratarse de repente, antes de haber podido comprarlos caros. Sonríe a los vendedores, que se avergüenzan y que, en cualquier caso, le miran con una mirada culpable o descarada. El les anima: ¡más! ¡subidlos más! ¿No lo habría más caro? Pero no le entienden y creen que busca algo de mejor calidad. Le gustaría estar presente cuando suban los precios, siempre ocurre a sus espaldas, de noche, cuando las tiendas están cerradas.
Elias CANETTI, El suplicio de las moscas, Anaya & Mario Muchnik, Madrid, 1994.