Te regalo este libro para que en tus ratos de ocio te entretengas leyéndolo —aunque a veces te aburra mucho—, para que vayas aprendiendo y dándote cuenta del contraste entre el hombre que antepone a todo un ideal, Don Quijote, y el que sólo obra por el móvil de su egoísmo y de sus instintos, Sancho Panza.
Yo fui más Quijote que Sancho. Estuve en mi manera de proceder cerca de aquel y, como él, sufrí puñadas y manteamientos. Pero no puedo quejarme.
Irás aprendiendo que en la vida los Sanchos, con bajezas e indignidades, viven. Por eso son más abundantes.
Que marches siempre por la vida siguiendo los dictados de la dignidad.
Ana QUEVEDO Y QUEIPO DE LLANO, Queipo de Llano: gloria e infortunio de un general, Planeta, Barcelona, 2001.