Sé que no tengo eso —que no sé lo que es— que las muchachas buscan en los hombres. Conozco a tipos como, por ejemplo, Crutchley, que a mí me parecen el colmo de lo vulgar pero a quienes las muchachas aceptan encantadas. Algunas de las chicas del Anexo le miraban siempre de una manera que resultaba repugnante. Me parece que se trata de alguna cosa burda y animal que yo no tengo. Y debo decir que me alegro mucho de no ser así, porque si hubiera mucha gente como yo, el mundo sería mejor.
John FOWLES, El coleccionista, El Aleph, Barcelona, 2002.