Estoy a solas en mi estudio. Ya he guardado los escritos de Juliano. Todo ha terminado. El mundo que Juliano quería defender y restaurar ha desaparecido... pero no pondré "para siempre", porque ¿quién conoce el futuro? Mientras tanto, los bárbaros están ante las puertas de la civilización. Pero cuando rompan el muro no encontrarán nada valioso que tomar, sólo reliquias vacías. Ha desaparecido el espíritu de lo que éramos. Así sea.
He leído a Plotino durante toda la tarde. Tiene el poder de calmarme, y encuentro su tristeza extrañamente confortante. Incluso cuando escribe: "Vivir aquí con las cosas de la tierra es un sometimiento, una derrota, un fracaso del vuelo". El vuelo evidentemente ha fracasado. Uno se somete. La derrota es segura. Incluso mientras escribo estas líneas, el pábilo de la lámpara se acaba, y se reduce la zona de la luz en la cual estoy sentado. Pronto el salón estará a oscuras. Uno siempre ha temido que la muerte sea como esto. Pero ¿qué otra cosa hay? La luz se fue con Juliano. Ahora no queda otra cosa que dejar que lleguen las tinieblas y esperar un nuevo sol y otro día, nacido del misterio del tiempo y del humano amor a la luz.
He leído a Plotino durante toda la tarde. Tiene el poder de calmarme, y encuentro su tristeza extrañamente confortante. Incluso cuando escribe: "Vivir aquí con las cosas de la tierra es un sometimiento, una derrota, un fracaso del vuelo". El vuelo evidentemente ha fracasado. Uno se somete. La derrota es segura. Incluso mientras escribo estas líneas, el pábilo de la lámpara se acaba, y se reduce la zona de la luz en la cual estoy sentado. Pronto el salón estará a oscuras. Uno siempre ha temido que la muerte sea como esto. Pero ¿qué otra cosa hay? La luz se fue con Juliano. Ahora no queda otra cosa que dejar que lleguen las tinieblas y esperar un nuevo sol y otro día, nacido del misterio del tiempo y del humano amor a la luz.
Gore VIDAL, Juliano el Apóstata, Edhasa, Barcelona, 2008.