Para que un hombre me excite tiene que haber cumplido los cuarenta y uno. Una amiga mía que es una idiota anda siempre diciéndome que tendría que ir a un loquero; dice que tengo complejo paterno. Lo cual me parece una merde. Lo único que pasa es que yo misma me predispuse a que me gustaran los hombres maduros, y ésa fue la decisión más inteligente de mi vida.
Truman CAPOTE, Desayuno en Tiffany's, Anagrama, Barcelona, 1990.