Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

miércoles, 22 de agosto de 2012

BAROJA: Tratar a la gente como una manada


En un centro estudiantil parisiense que frecuentábamos, había entre las estudiantes una que se iba a doctorar en derecho y que tenía gran tipo y gran prestancia. Era, al parecer, de las colonias. Vestía muy bien y se mostraba muy seria y muy entonada. Uno de los jóvenes con quien solíamos hablar con frecuencia, amable e inteligente, comenzó a galantear a la belleza colonial a la alta escuela, pero notamos que no tenía el
menor éxito.

Meses después se presentó otro tipo medio aventurero, que era un perfecto estúpido, y lo vimos acompañando a la belleza colonial. A los cuatro o cinco días la agarraba del brazo, le registraba el bolso, le tiraba migas de pan a la cara, y ella se reía, encantada de su estupidez y de su atrevimiento.

-¿Qué se había creído ese tonto? -debía de pensar mirando a su antiguo adorador-; ¿que yo soy alguna diosa o alguna dama sabia? No, yo soy como la hija de la portera.

Esto han descubierto comunistas y fascistas, el que hay que tratar a la gente como a una manada: a los hombres como a reclutas, gañanes, mozos de café o mancebos de peluquería; a las mujeres, como a cupletistas, criadas y vendedoras de periódicos. Es cierto que en la mayoría de los casos este pensamiento es verdad, pero el acierto es perjudicial y quita al mundo como un modelo al que se quiere llegar y que sirve.


Pío BAROJA, Desde el exilio, Caro Raggio, Madrid, 1999.