Leonard Etherington. Hábitos desagradables: ingería drogas y también bebía. Un personaje muy peculiar. Un sádico. Esposa joven y atractiva, Desesperadamente desgraciada por su causa. Etherington murió por haber comido alimentos envenenados. El médico receló algo anormal. La autopsia reveló que era un caso de envenenamiento por arsénico. Un suministro de herbicida en la casa, sustancia adquirida largo tiempo antes. La señora Etherington fue detenida, siendo acusada como autora de la muerte de su marido. Recientemente, había trabado amistad con un hombre del Servicio Civil que regresaba a la India. No hay sugerencias de una infidelidad real, pero sí existen pruebas de haber simpatizado los dos mutuamente. El joven se había comprometido con una chica. Hay dudas sobre si la carta en que se refería a la señora Etherington tal hecho fue recibida por ella después o antes de la muerte de su marido. Ella asegura que antes. Las pruebas contra la mujer son circunstanciales; no hay ningún otro sospechoso probable; accidente extraño. Suscita grandes simpatías durante el juicio a causa del carácter de su marido y del mal trato de que éste la había hecho objeto. El resumen del caso hecho por el juez tendió a favorecerla, insistiendo éste en que el veredicto debía estar más allá de cualquier duda razonable.
La señora Etherington fue declarada no culpable. Todo el mundo opinaba lo contrario, sin embargo. Su vida, posteriormente, resultó difícil. Los antiguos amigos la dieron de lado. Murió a consecuencia de haber ingerido una dosis excesiva de somníferos, dos años después de haberse visto el juicio. En la encuesta se dio un veredicto de muerte accidental.
Agatha CHRISTIE, Telón, Molino, Barcelona, 2000.