Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."
lunes, 23 de enero de 2012
CHRISTIE: La devastación física de Poirot
¡Pobre amigo mío! Lo he descrito muchas veces. Ahora, es el lector quien puede apreciar las diferencias existentes con otras descripciones anteriores... La artritis le había obligado a acomodarse en una silla de ruedas, de la cual tenía que valerse para ir de un sitio para otro. Su cuerpo, en otro tiempo relleno, parecía haberse vaciado en parte. Era un hombre pequeño y delgado, ahora. Tenía el rostro cubierto de arrugas. Sus cabellos y su bigote seguían siendo negros, es verdad, de un negro intenso, pero esto constituía un error por su parte, si bien yo no se lo hubiera dicho jamás, por temor a herir sus sentimientos. En las personas, llega un momento en que el tinte se hace demasiado evidente. Había habido un momento en que me sentí sorprendido, años atrás, al descubrir que el negror de los cabellos y el bigote de Poirot procedían de una botella, de un frasco del renglón de la cosmética. Ahora, la falsedad saltaba a la vista, llegando a causar la impresión de que utilizaba una peluca, haciendo pensar además que se había adornado el labio superior con un poco de vello para que se divirtieran los chicos que tuvieran ocasión de verle.
Agatha CHRISTIE, Telón, Molino, Barcelona, 2000.