Cuando en Estados Unidos promulgaron las leyes de divorcio sin causa, las mujeres se hicieron con una creíble amenaza de poner fin al matrimonio. (Las estadísticas indican que muchas, en realidad, no lo hicieron; pero la amenaza es suficiente.) Stevenson y Wolfers demuestran que las nuevas leyes tuvieron un inesperado, pero racional, efecto: al brindarles a las mujeres una posibilidad de salida, les ofrecieron a los hombres motivaciones más fuertes para hacer las cosas bien dentro del matrimonio. ¿El resultado? La violencia doméstica disminuyó casi un tercio, y el número de mujeres asesinadas por sus parejas cayó un diez por ciento. El suicidio femenino también descendió. Constituye esto un recordatorio de que el compromiso vinculante del matrimonio tiene tanto costes como beneficios.
Tim HARFORD, La lógica oculta de la vida, Temas de Hoy, Barcelona, 2008.