DOSTOYEVSKI: Memoria de la casa muerta

"El hombre es un ser que a todo se acostumbra."

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"Es lo corriente que el hombre aguante algunos años, se resigne, soporte los castigos más duros, y de pronto se revuelva airado por alguna futesa, por una nonada, casi sin motivo."

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"Somos gentes deshechas. Estamos muertos por dentro, y por eso gritamos por las noches."

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"Los trabajos forzados eran, no una ocupación, sino un deber. Los presos despachaban su tarea o cumplían las horas legales del trabajo y se volvían al penal. Al trabajo lo miraban con odio. A no ser por su ocupación personal, particular, a la que se entregaban con toda su alma y con todo su empeño, no habría hombre que hubiera podido vivir en el presidio."

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"Y los hay así, que expresamente cometen un crimen con el solo objeto de ir a parar a la cárcel, y de ese modo se libran de la vida, incomparablemente más forzada en libertad que el presidio."

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"¡Cuántos miles de días me aguardaban como éste, todos como él, todos iguales, todos idénticos!"

Fiodor M. DOSTOYEVSKI, Obras completas. Tomo I. Memoria de la casa muerta, Aguilar, Madrid, 1989.