Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

lunes, 20 de diciembre de 2010

REESE: El holocausto asiático


"Íbamos a la guerra y creíamos que probablemente moriríamos, así que, aunque suene extraño, creo que buscábamos la manera de divertirnos."
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"Fui a un pueblo, y allí vi a una chica de unos quince años. Me acerqué a ella, y en ese momento apareció su padre, y lo maté. Quería violarla, así que me dije que si aquel hombre era su padre, probablemente no le haría ninguna gracia que violara a su hija, y le disparé. No hacía mucho que estaba por ahí. Como he dicho, acababa de llegar al pueblo. Se echó a llorar y estaba temblando. Puede que supiera qué le iba a suceder y estaba temblando. La violé y, después de violarla, la maté. Pero había por ahí un crío que luego me iba a dar problemas. Estaba escondido, y pensé que sólo era un crío y que no pasaría nada, pero cuando se celebraron los juicios por crímenes de guerra, apareció y me identificó, y eso complicó mi situación."
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"En 1935, el agregado naval británico en Tokio redactó un informe en el que aseguraba que, gracias a sus pesquisas, había descubierto que los japoneses tenían un cerebro especialmente lento, de resultas de la tensión a la que se ve sometido el cerebro de un niño al aprender unos 6.000 caracteres chinos antes de que empiece la auténtica educación."
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"No me siento culpable de lo que hice porque, en la guerra, la gente no puede actuar de un modo normal."
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"Dado que sus soldados tenían terminantemente prohibido que los convirtieran en enemigos, ¿qué sentido tenía comprometerse a dispensar un trato humano a las fuerzas del enemigo que se rindieran."
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"Todos aquellos dientes de oro me miraban... No se los arranqué con un rifle, sino que utilicé unas tenazas."
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"He estudiado algo de zen y, en el zen, ni la vida, ni la muerte existen. Por ese motivo, que una persona muera poco antes que tú apenas tiene importancia si piensas en la vida y la muerte a partir de los parámetros temporales del zen, los parámetros temporales del universo."
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"Primero, matamos a nuestra madre. Nuestra madre, la persona que nos había dado la vida."

Laurence REESE, El holocausto asiático, Crítica, Barcelona, 2009.