Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

domingo, 31 de marzo de 2013

GILA: Cenizas gallegas


En esa segunda clase llamada turista viajaban personajes insólitos, como el gallego con boina que caminaba siempre por el barco con una caja de madera bajo el brazo que no soltaba en ningún momento. Aquello nos tenía intrigados. Una noche de luna, mientras estábamos en cubierta reunidos con algunos compañeros de viaje, pasó junto a nosotros el gallego con su caja debajo del brazo. Uno de los de la reunión le preguntó qué guardaba en aquella caja para llevarla con él a todas partes con tanto celo. Se sentó junto a nosotros y nos comentó que en aquella caja de madera llevaba las cenizas de su abuelo, que había emigrado a Buenos Aires en 1912; al morir había dejado gran cantidad de dinero y tierras para sus hijos y sus nietos con la condición de que cuando muriese fuese incinerado y sus cenizas enterradas en su pueblo natal. Como para dar fe de que lo que estaba diciendo era cierto o tal vez para que nadie pensara que lo que guardaba en aquella caja era dinero, la abrió, con tan mala fortuna que un golpe de viento se llevó las cenizas. Fue una de las situaciones más absurdas que me han tocado vivir en mi constante viajar. Ver a aquel gallego con la caja abierta sobre sus rodillas y mirando cómo el abuelo se le escapaba en cenizas, era algo que no puedo describir. Cuando cerró la caja, dentro de ella no habría más ceniza que la que pueden formar cuatro o cinco colillas. No sé de quién fue la idea, pero la única forma de que aquel hombre no se presentara en el pueblo natal del abuelo con la caja vacía era que fumásemos todos y fuésemos echando la ceniza de nuestros cigarrillos dentro de la caja de madera. Y así, sin pensarlo más y con la resignación del gallego, empezamos a fumar y a llenar de ceniza aquella caja. Hasta ese día no tuve idea de la cantidad de ceniza que se necesita para suplantar el cuerpo incinerado de un abuelo.

Miguel GILA, Memorias de un exilio. Argentina mon amour, Temas de Hoy, Madrid, 1998.