De un botellazo, un obrero del arsenal de Tolón casi deja inconsciente a un parado que le reprochaba su celo.
Los huelguistas de Ronchamp (Alto Saona) han tirado al agua a un obrero que se empeñaba en trabajar.
Con sus hijos en el pecho, las mujeres han expuesto al director de la compañía de tranvías de Tolón la causa de los obreros. Él resiste.
Furioso de que le sustrajera su pesca, el señor Lepieux, pescador en Vieux-Port (Eure), casi mata al aficionado al pescado.
Abundantes golpes han intercambiado en Hennebont los rojos y los esquiroles, los partidarios de la huelga y otros obreros más dóciles.
Los dos meses impuestos a Blanchard, vecino de Villerupt, han sido doblados por el tribunal de Nancy, siempre duro con los huelguistas.
En las fábricas de Fives-Lille se readmitirá, sin excepción, a los obreros (están en huelga) que se presenten el jueves.
Doscientos resineros de Mimizan (Landas) están en huelga. Tres brigadas de gendarmes y cien soldados de infantería del 34º los están observando.
Las trabajadoras de Niza en la elaboración de tabaco de hebra y de puritos han sido abucheadas (consienten en hacer horas extras) por la cigarreras.
Félix FÉNÉON, Novelas en tres líneas, Impedimienta, Salamanca, 2011.