"El padre, a su vez, gustaba de burlarse de su hijo. Cuando Rysiek, todo concentrado, estudiaba algo con fruición y subrayaba en los libros las frases importantes -cosa que no dejó de hacer nunca, ni cuando era un reportero conocido ni, más tarde, cuando era un escritor internacionalmente consagrado-, el padre le provocaba: Ve a dormir, hijo. Mañana te tendré subrayado todo este libro."
Artur DOMOSLAWSKI, Kapuscinski non-fiction, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2010.