El león del zoo de Kabul |
Hace siete años cuando los mujaidines reinaban en Afganistán (eran unos comandantes súper atarvanes y bárbaros) uno de ellos se tomó a Kabul. Como prueba de su poderío, decidió ir al zoológico (que en realidad sólo tiene conejos y en ese entonces un león) y meterse a pelear a mano limpia con el único león de Afganistán. (Definitivamente los hombres se vuelven locos cuando tienen el poder). Este león era el orgullo de la ciudad porque era muy peludo y rugía muy duro. (A los afganos les encantan las muestras de poder). El pendejete se metió a la jaula sin armas y, como era de esperarse, el león lo mató de un zarpazo y casi se lo come. Lograron sacar el cadáver y al otro día un hermano del comandante, que había decidido vengarse del animal, se fue para el zoológico y le tiró una granada a la jaula. Afortunadamente no lo mató, pero le dañó la mandíbula. Los habitantes se pusieron muy tristes y llamaron a MSF para que lo atendiera. MSF puso todo su empeño en salvarlo y lo logró. Lastimosamente el león quedo un poco boquineto y cicatrizado y hace apenas dos años se murió de viejo. Son una leyenda en la ciudad: el león, por matar al comandante, y MSF, por salvar al león.
Natalia AGUIRRE ZIMERMAN, 300 días en Afganistán, Anagrama, Barcelona, 2006.