"La niña que acaba de llegar al Mont-Noir es socialmente una privilegiada; seguirá siéndolo. No ha padecido la experiencia del frío y del hambre; no ha sufrido hasta ahora la tortura; no ha tenido que ganarse la vida en el sentido monótono y cotidiano del término, salvo en el transcurso de siete u ocho años todo lo más; no ha tenido que someterse, como millones de seres de su tiempo, a trabajos concentracionarios, ni tampoco, como otros millones de personas que se creen libres, ha tenido que ponerse al servicio de máquinas que fabrican en serie cosas inútiles o nefastas, futilidades o armas. No se verá apenas obstucalizada, como tantas mujeres en nuestros días, por su condición de mujer, quizá porque no se le ha ocurrido ni siquiera la idea de que pudiera ocurrirle. Contactos, ejemplos, favores (¿quién sabe?) o un encadenamiento de circunstancias que se prolonga tras ella en la lejanía le permitirán almacenar poco a poco una imagen del mundo menos incompleta que aquella que su joven tía, en 1866, anotaba en su grueso carné. Caerá y volverá a levantarse con las rodillas despellejadas; aprenderá, no sin esfuerzos, a utilizar sus propios ojos y luego, igual que los buceadores, a permanecer con ellos abiertos."
Marguerite YOURCENAR, Archivos del Norte, Alfaguara, Madrid, 1985.
Marguerite YOURCENAR, Archivos del Norte, Alfaguara, Madrid, 1985.