Comenzó el martes por la noche. Clap, clap, clap, clap. Irritado, lo acabé desenchufando. Estaba viendo una película no sé si bélica o carcelaria, La colina, cuya acción se desarrollaba, ay, en el desierto libio. Cuando acabó, tenía la ropa mojada y estaba sudando, chorreaba. Pensé en darme una ducha, pero acabé yendo a la nevera y trasegué medio litro, medio litro de agua fría.
El miércoles decidí darle otra oportunidad. Al principio, no hizo nada extraño, pero al cabo de una hora, el ruido se reanudó. Clap, clap, clap, clap. Quizá fuera algún tornillo que se había soltado, una tontería. Decidí ignorarlo. Sólo lo enciendo cuando estoy en la habitación de estar y allí estoy un rato, al mediodía y por la noche: suelo pasar casi todo el día en la cama, leyendo.
Ayer, cuando lo enchufé, me recibió un nuevo ruido. Prop, prop, prop, PROP, prop, prop, prop, PROP.
-¿Qué diablos te pasa? –le pregunté-. ¡Deja de hacer ruidos!
No me hizo el menor caso. Siguió con lo mismo. Prop, prop, prop, PROP, prop, prop, prop, PROP, prop, prop, prop, PROP, prop, prop, prop, PROP.
Hoy, mientras devoraba la ensalada, ha seguido con sus ruidos. Prop, prop, prop, PROP. Bastante molesto. Acababa de prepararme un vaso de café con hielo y de empezar a ver un nuevo episodio de Reilly, as de espías, cuando el maldito ha iniciado su agonía. Priiiiiiiiiiiiiiiiiiii, PROP, priiiiiiiiiiiiiiiiiiii, PROP. Lo desenchufé y apagué la tele y me fui a la cama. Me puse a leer las memorias de Robert Graves, me quedé dormido, me desperté, seguí leyendo a Graves. Las sábanas, mojadas.
Hace un rato, he vuelto a enchufarlo. Priiiiiiiiiiiiiiiiiiii, PROP, priiiiiiiiiiiiiiiiiiii, PROP. Ha seguido así durante unos minutos y después, simplemente, se ha parado. La habitación se ha llenado de olor a quemado.
No siento ningún vínculo por él: lo compré hace dos o tres veranos, el más barato del hipermercado, marca Acme. El problema es que se ha estropeado un sábado: de alguna manera, el bribón había planeado dejar de funcionar un sábado. ¿Qué voy a hacer hasta el lunes?
Francisco RAMÓN, Prop, prop, prop.
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