"Reconocía que el libro de Herrera estaba dentro de sus posibilidades de entonces, ya que sus páginas lo expresaban con plenitud. Paladión le otorgó su nombre y lo pasó a la imprenta, sin quitar ni agregar una sola coma, norma a la que siempre fue fiel. Estamos así ante el acontecimiento más importante de nuestro siglo. Los parques abandonados de Paladión. Nada más remoto del libro homónimo de Herrera y Reissig, que no repetía un libro anterior. Paladión entra en la tarea, que nadie acometiera hasta entonces, de bucear en lo profundo de su alma y de publicar libros que la expresaran sin recargar el ya abrumador corpus bibliográfico o incurrir en la fácil vanidad de escribir una sola línea."
Fabio FILIPUZZI, Cronache di Bustos Domecq, Mimesis, Milán, 2010.
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