Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

viernes, 3 de septiembre de 2010

FRISTER: La gorra o el precio de la vida

"El sufrimiento de otras personas era un fenómeno tan generalizado que todo aquel que no se distanciara de él corría el peligro de ser herido de muerte por sus sentimientos. El camino desde el tormento destructivo hasta la libertad estaba sembrado de cadáveres de espíritus nobles."
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"La mano de mi padre resbaló de mi hombro, su cuerpo desfalleció. Ilusionarse carecía ya de sentido. Se desplomó al suelo sin decir palabra, como un saco de algodón repleto. Mi reacción espontánea fue agacharme y levantarlo, pero no lo hice. Volví a incorporarme y miré al oficial que pasaba revista. Cualquier preso experimentado sabía que no había que ocuparse de alguien que ya no tenía remedio."
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"La inminencia del fin provoca en el individuo el impulso de imaginarse el futuro que le hubiera gustado tener; es más fácil morir con esperanza que con miedo."
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"Cuando ya no encontraba materiales con los que disfrazar la realidad, la aceptaba sin resistencia."
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"Lo que más temía en el mundo era morir sin haber paladeado el sabor de la verdadera vida. Y eso que ni siquiera sabía lo que significaba en realidad la verdadera vida."
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"Las personas no siempre parecen lo que en realidad son; a menudo sólo son un reflejo, una imagen que otros se forman de ellas."
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"Porque los judíos lo complican todo."
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"El gueto de Cracovia iba disminuyendo lentamente. Los habitantes desaparecieron en el yermo nacionalsocialista de la muerte, como si jamás hubieran existido."
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"Me hice socio de una biblioteca y, después del trabajo, corría a casa a leer los libros que había sacado en préstamo. La bibliotecaria se mostraba muy amable conmigo. Era uno de los pocos clientes que quedaban porque ¿quién tenía todavía la cabeza despejada para leer?"
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"De pronto me acometió un pensamiento extraño: ¿Hasta qué punto determinan las casualidades el destino de una persona? ¿Es todo lo que nos acontece resultado de deseos, de planificaciones, y de decisiones, o llegamos a un cruce y vamos a la derecha o a la izquierda sin ser conscientes de la trascendencia de la decisión?"
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"Desde nuestra llegada, habíamos observado a menudo cómo personas, incluso jóvenes de nuestra edad, se precipitaban contra la valla electrificada. La mayoría corrían hacia su muerte en una carrera vertiginosa y enloquecida, quizá por miedo a que en el último minuto el instinto de supervivencia les impidiera huir de la desesperación."


Roman FRISTER, La gorra o el precio de la vida, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1999.

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