"En el cráter extinguido de un volcán, rodeado por laderas frondosas, se encuentran las desperdigadas chozas y campos de ñame de Riabba, capital de Moka, rey nativo de Fernando Poo. Este misterioso ser vive en lo más recóndito del cráter, acompañado por un harén de cuarenta mujeres. Cubre su cuerpo, se dice, con antiguas monedas de plata. Salvaje desnudo como es, ejerce más influencia en la isla que el gobernador español de Santa Isabel. En él está encarnado, o algo así, el espíritu de los bubis o habitantes aborígenes de la isla. No ha visto nunca la cara de un blanco y, según la firme convicción de todos los bubis, la vista de un cara pálida le causaría la muerte instantánea. No puede ir a ver el mar; en verdad se cuenta que jamás lo vio ni siquiera a distancia y que por eso ha llevado toda su vida unos grilletes en las piernas, dentro de la penumbra crepuscular de su choza. Ciertamente, nunca ha puesto sus pies en la playa y, a excepción de su mosquete y cuchillo, no usa nada que venga de los blancos. Telas europeas no tocan su persona y desdeña el tabaco, el ron y hasta la sal."
Aurora MARQUINA, El ayer y el hoy: Lecturas de antropología política. Volumen I. Hacia el futuro, UNED, Madrid, 2004.
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