No me gusta trabajar; pero cuando lo hago me agrada hacerlo como los pintores. Se paran ante su tela, la miran, la miden, calculan; luego hacen unos trazos con lápiz, se asustan (creo yo) y se van a la calle o leen (son grandes lectores) y vuelven, y desde la puerta ven aquello, a lo que se acercan, ahora con unos pinceles y una mesita en la que han puesto muchos colores, o pocos, según; rojo, azul, verde, añil, blanco, violeta; piensan, titubean, miran su tela, se acercan a ella y ponen un color aquí y otro allá; se detienen, se hacen a un lado y miran, vacilan, piensan, y leen o se van a la calle, hasta otro rato.
Augusto MONTERROSO, La letra e, Alianza, Madrid, 1987.
Augusto MONTERROSO, La letra e, Alianza, Madrid, 1987.