Por motivos inescrutables para los profetas más experimentados del condado de Maycomb, aquel año, el otoño se convirtió en invierno. Tuvimos dos semanas del tiempo más frío desde 1885, según dijo Atticus. Míster Avery dijo que estaba escrito en la Piedra de Rosetta que cuando los niños desobedeciesen a sus padres, fumasen cigarrillos y se hicieran la guerra unos a otros, las estaciones cambiarían: a Jem y a mí nos cargaban, pues, con el peso de contribuir a las aberraciones de la Naturaleza, causando con ello la desdicha de nuestros vecinos y nuestra propia incomodidad.
Harper LEE, Matar un ruiseñor, Plaza y Janés, Barcelona, 1996.
Harper LEE, Matar un ruiseñor, Plaza y Janés, Barcelona, 1996.