Saca del cubo con toda tranquilidad una oreja humana arrancada y espera pacientemente a que el monstruo que fue Penny termine de consumir la mano. La criatura engulle los dedos del hombre de mediana edad con una fruición desenfrenada, masca los nudillos peludos y desangrados como si fueran una delicia. Por las comisuras de sus labios chorrean hilos de baba rosa y espumosa.
Apenas se toma un descanso para tragarse la mano antes de que ponga la oreja humana al alcance de sus dientes ennegrecidos. Le ofrece el bocado con la preocupación y el cuidado con el que un sacerdote le daría la hostia a un comulgante. Penny devora el cartílago y otros pedazos de piel ternillosa con un ciego frenesí.
Robert KIRKMAN, Jay BONANSINGA, El gobernador, Timun Mas, Barcelona, 2011.
Apenas se toma un descanso para tragarse la mano antes de que ponga la oreja humana al alcance de sus dientes ennegrecidos. Le ofrece el bocado con la preocupación y el cuidado con el que un sacerdote le daría la hostia a un comulgante. Penny devora el cartílago y otros pedazos de piel ternillosa con un ciego frenesí.
Robert KIRKMAN, Jay BONANSINGA, El gobernador, Timun Mas, Barcelona, 2011.