FUCIK: Reportaje al pie de la horca

"Esto se escribe con más rapidez de lo que se vive."

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"Muy a menudo morían presos que no debían morir, pero muy rara vez se vio que no muriese aquel de cuya muerte todo el mundo estaba persuadido."

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"Ignoraba cuánto dolor puede ocultarse en cada pernera de mi pantalón, en cada manga de mi camisa."

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"Mi vida no ha sido estéril y no tengo por qué echar a perder su fin."

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"Es una guerra entre la esperanza mía y la guerra. Un carrera entre la muerte y otra muerte."

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¿Qué vendrá primero? ¿La muerte mía o la del fascismo?

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"No la torturaron a golpes: estaba gravemente enferma y hubiera muerto en sus manos. La torturaron con algo más terrible: atacando su imaginación."

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"No permitáis que se quede estancada. Y orientadla. Impedid que se torne orgullosa y se sienta autosatisfecha con lo realizado."

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"No luchan por un ideal político. Luchan por sí mismos. Cada uno a su manera."

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"¿Qué vale la belleza y la vida al lado de la celebridad de Eróstrato?"

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"Te hemos detenido y mira: ¿ha cambiado algo por eso? La gente pasea como antes, ríe, tiene sus preocupaciones igual que antes. El mundo marcha como si tú jamás hubieras existido."

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"¿Su culpa? El no tenerla, principalmente. Han sido detenidos, no están sometidos a ningún proceso, no son necesarios como testigos y por eso son buenos para la muerte."

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"Se pasó a los nazis para tener una vida más fácil. Pero eso, se ha demostrado, era más complicado de lo que imaginaba. Desde entonces ha perdido su sonrisa. Apostó todo por la victoria del nazismo. Y quedó comprobado que apostó por las patas de un caballo muerto."

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"Anda por el pasillo con dignidad, completamente solo, y sueña con su gran importancia."

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"Ante todo conoce su deber. Es un comunista que sabe que no existe ningún sitio donde pueda dejar de serlo."


Julius FUCIK, Reportaje al pie de la horca, Akal, Madrid, 1985.