Cuando me vio, se giró, dándome la espalda. Me di cuenta de que ya no me tenía miedo. Ahora me despreciaba. Lentamente, sin prisa, se tomó el refresco. Me sentí como aquel rey sueco que imaginó que podía conquistar Rusia.
Miré sus pies: llevaba sandalias.
Julián RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, Libretas, Editoral Almotacén, Córdoba, 2011.