La noción de totalidad existe en la teoría pero en la vida, jamás. Incluso en la muralla más compacta se abre alguna grieta (o al menos tenemos esa esperanza, cosa que ya significa mucho). Aun cuando nos da la impresión de que ya no funciona nada, algo sí lo hace y nos proporciona un mínimo de existencia. Aunque nos rodee un océano de mal, siempre emergerán de él islotes verdes y fértiles. Se ven, ahí están, en el horizonte. Incluso la peor de las situaciones, si en tal nos hallamos, se descompone en elementos simples entre los cuales habrá algunos a los que asirse, como las ramas de un arbusto que creciese en la costa, para oponer resistencia a los remolinos que nos tiran hacia el fondo. Esa grieta, ese islote y esa rama nos mantienen en la superficie de la existencia.
Ryszard KAPUŚCIŃSKI, Un día más con vida, Anagrama, Barcelona, 2003.