Son nuestras fatigas, las de los infortunados,
son nuestras fatigas como las de los troyanos.
A poco que triunfemos, a poco que orgullosos
nos sintamos, comenzamos ya
a tener ánimo y buenas esperanzas.
Pero siempre ocurre algo y nos detiene.
Aquiles surge en la trinchera ante nosotros
y a grandes voces nos espanta.
Son nuestras fatigas como las de los troyanos.
Pensamos que con arrojo y decisión
vamos a mudar la hostilidad de la fortuna
y nos echamos fuera a pelear.
Mas cuando llega el momento decisivo,
el arrojo y decisión se desvanecen,
se turba nuestra alma y paraliza,
y en redor corremos de los muros
buscando salvarnos en la huida.
Nuestra derrota es, sin embargo, segura.
Arriba, en las murallas, el fúnebre canto ya ha empezado.
De nuestros días lloran recuerdos y pasiones.
Con amargura lloran por nosotros Príamo y Hécuba.
C.P. CAVAFIS, Antología poética, Alianza Editorial, Madrid, 1999.
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