"La maleta estaba sin duda llena de libros prohibidos. Hablábamos a menudo de ello, sin conseguir imaginar de qué tipo de libros se trataba. Por aquel entonces, todos los libros estaban prohibidos, salvo los de Mao y sus partidarios, y las obras puramente científicas. Establecimos una larga lista de libros posibles: las novelas clásicas chinas, desde Los Tres Reinos combatientes hasta el Sueño en el Pabellón Rojo, pasando por el Jing Ping Mei, conocido por ser un libro erótico. Estaba también la poesía de las dinastías Tang, Song, Ming y Qin. Y también las pinturas tradicionales de Zu Da, de Shi Tao, de Tong Qicheng. Hablamos incluso de Las palabras de los cinco ancianos, un libro prohibido desde hacía siglos, en el que cinco grandes profetas de la dinastía Han revelaban, en la cima de una montaña sagrada, lo que iba a suceder en los dos mil años por venir."
DAI Sijie, Balzac y la joven costurera china, Salamandra, Barcelona, 2001.