"La estela del torpedo del Albacore, que navegaba a rumbo de colisión con el Taiho, fue vista por el piloto de uno de los aviones recién puestos en el aire. El impacto parecía inevitable, y el oficial Sakio Komatsu lanzó su avión -esta vez no se trataba de ningún aparato alcanzado y ya sentenciado- a todo gas y en picado contra la mar, por delante de aquella estela nefasta, allí donde creyó que navegaba entre dos aguas el peligroso artefacto. Komatsu calculó bien y consiguió inutilizar el ingenio submarino a corta distancia del buque insignia japonés, librando a éste de un impacto seguro y de resultados imprevisibles. De tal modo ofrendó la vida por su patria, sin vacilar, aquel marino abnegado y valeroso que merece toda nuestra admiración y respeto."
Luis DE LA SIERRA, La guerra naval en el Pacífico, Editorial Juventud, Barcelona, 2005.