Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

viernes, 18 de mayo de 2012

HUSTON: La cama

Sam Jaffe estaba a punto de casarse cuando lo conocí. Tenía casi treinta años, algunos más que yo, pero era todavía virgo intactis. No creo que Sam esperara los preparativos conyugales con mucha impaciencia. El matrimonio para Sam era como dar un salto en el vacío. Cuando se casó, alquiló una habitación justo debajo de la mía en MacDougal Street en el Village y luego continuó viviendo con su madre mientras él y su nueva esposa, Lillian, procedían a amueblar el piso, mueble por mueble. La última cosa que quedaba por comprar era la cama. Tan pronto como la compraran, se mudarían allí y comenzarían a vivir como marido y mujer.

Finalmente se decidieron a comprar esa pieza fundamental del mobiliario, y dieron las instrucciones para que se la llevaran al piso. A la primera oportunidad, Sam volvió a llamar a la tienda y les dijo que no enviaran la cama hasta nuevo aviso. Él tenía los nervios de punta. Después de dos o tres días, Lillian empezó a preguntarse qué habría pasado, y llamó a la tienda. Por fin la cama fue enviada y el último dique de Sam se hundió.


John HUSTON, A libro abierto, Espasa-Calpe, Madrid, 1986.