Las raíces de la mala suerte residen en el inconsciente. Nosotros mismos nos la infligimos como una especie de autocastigo. En esa época yo sólo pensaba de mí mismo que tenía mala suerte —estaba bajo una nube negra—, pero esta nube de humo negro emanaba sin duda de mi propio espíritu. Hice un autoanálisis hasta donde era capaz, pero no pude dar con ninguna respuesta. No sabía dónde residía el mal, ni lo arraigado que estaba. Tampoco tenía la formación ni la inclinación para autoanalizarme en profundidad, ni tenía disponibilidad de tiempo y dinero para consultar a un analista profesional, así que no hice nada. Mi esperanza era que con el tiempo superaría todas las dificultades.
John HUSTON, A libro abierto, Espasa-Calpe, Madrid, 1986.
John HUSTON, A libro abierto, Espasa-Calpe, Madrid, 1986.