Nos sentamos alrededor de la hoguera mientras escuchábamos el silencio de los montes Tatra. Se acercaba ya la hora del descanso cuando, de repente, Sabała levantó su arrugado rostro, parecido a la vez a un buitre y al Milton. Durante un momento miró al fuego con los ojos vidriosos e inmediatamente se puso a contar lo que sigue.
Agniezska MATYJASZCZYK GRENDA (ed.), Cuentos populares polacos, Cátedra, Madrid, 2012.
Agniezska MATYJASZCZYK GRENDA (ed.), Cuentos populares polacos, Cátedra, Madrid, 2012.