"Simplemente existo. Luego más tarde trato de recordar y escribo lo que me sale."
"Me parece algo vergonzoso que un hombre que escribe tan bien como tú no sepa absolutamente nada de las mujeres."
"Yo sólo escribo cuando se hace de noche. No puedo escribir a la luz del día."
"El librero era bastante buen chico, intentaba ser escritor. Se llamaba Randy Evans y estaba demasiado embebido de Kafka para conseguir la menor claridad literaria."
"Todos me disgustaron inmediatamente, ahí sentados actuando como seres inteligentes y superiores. Tratando de anularse entre sí. La peor cosa para un escritor es conocer a otro escritor, y peor que eso, conocer a muchos escritores. Como moscas en la misma trampa."
"Y allí estaba, un escritor de 65 dólares a la semana sentado en una sala con otros escritores, escritores de mil dólares a la semana."
"Tu escritura es tan cruda. Es como un martillo de carnicero, pero aun así tiene humor y ternura..."
"Salimos al balcón con nuestras copas y contemplamos el tráfico de media tarde. Ella hablaba de Huxley y de Lawrence. Vaya mierda. Le dije que Knut Hamsun había sido el escritor más grande del mundo."
"¿Cómo puedes ser un escritor? ¡No observas!"
"Ayudé a limpiar los platos y luego Glendoline sacó su novela y empezó a leérnosla. No era del todo mala, pero era muy poco profesional y necesitaba mucha corrección. Glendoline suponía que el lector tenía que quedarse tan fascinado por su vida como ella misma lo estaba, lo cual era un error mortífero. Los demás errores mortíferos en que había caído eran demasiado numerosos para ser mencionados."
"Un escritor tenía mucho que aprender en los combates de boxeo o en el hipódromo. El mensaje no era del todo claro pero a mí me ayudaba. Esto era lo principal: el mensaje no era definible. Era inexpresable, como una casa ardiendo, o un terremoto, o una inundación, o una mujer saliendo de un coche mostrando sus piernas. Yo no sabía lo que otros escritores podrían necesitar; no me importaba, de cualquier modo era incapaz de leerlos. Estaba encerrado en mis propios hábitos, mis propios prejuicios. No era malo ser un bobo si la ignorancia era todo lo que tenías. Sabía que algún día escribiría sobre Katherine y que sería duro. Era fácil escribir sobre zorras, pero escribir sobre una mujer de excepción era mucho más difícil."
"Saqué el champagne, lo descorché y me serví una copa. Ya no escribía poemas de amor. De hecho, no escribía nada. No estaba con ganas de escribir."
"No he estado escribiendo. Creo que se acabó para mí."
"Hay un problema con los escritores. Si lo que había escrito un escritor se publicaba y vendía mucho, muchos ejemplares, el escritor pensaba que era magnífico. Si lo que había escrito un escritor se publicaba y vendía un número aceptable de ejemplares, el escritor pensaba que era magnífico. Si lo que había escrito se publicaba y vendía poco, pensaba que era magnífico. Si lo que había escrito nunca se publicaba y no tenía dinero suficiente para publicárselo él mismo, entonces pensaba que era, más que magnífico, genial. La verdad, sin embargo, es que había muy poca magnificencia."
"Bebí toda la semana siguiente. Bebí día y noche y escribí 25 o 30 pesarosos poemas sobre amores perdidos."
"Era mejor mantenerse alejado de los otros escritores y simplemente hacer tu trabajo, o no hacerlo."
"Sigues escribiendo buena mierda, a pesar de todo el bebistrajo."
"Yo escribo muchas porquerías. ¿Si eres tan mal escritor, por qué no lo dejas? Necesito comida, refugio y ropa."
"Me gustaban sus cartas y le contestaba. Liza se apartaba de la literatura, se apartaba de los llamados grandes temas. Me escribía acerca de pequeños acontecimientos ordinarios, pero los describía con agudeza y humor."
"Querido señor Chinaski: Soy un joven escritor y creo que soy bueno, pero siempre me devuelven mis poemas. (¿Cómo entra uno en este juego? ¿Cuál es el secreto? ¿Quién se lo ha enseñado?) Admiro mucho sus escritos y me gustaría pasarme por su casa y conversar con usted. Llevaría unos paquetes de cervezas y podríamos charlar. También me gustaría leerle algunos de mis poemas..."
"Sólo soy un alcohólico que se hizo escritor para poder quedarme en la cama hasta mediodía."
"Sara abrió otra botella. Aguantaba bien el vino. No tengo idea de lo que hablamos. Lo mejor de Sara es que apenas hacía referencia a mis escritos."
"Cuando era joven, estaba deprimido todo el tiempo. Pero el suicidio ya no me parecía una posibilidad en mi vida. A mi edad quedaba ya muy poco que matar. Era bueno ser viejo, no importaba lo que dijeran. Era razonable que un hombre tuviera que llegar a los cincuenta años para escribir con un mínimo de claridad. Cuantos más ríos cruzabas, más sabías de ríos, es decir si sobrevivías a las turbulencias y a las rocas ocultas. Podía ser algo duro, a veces."
"Bebimos, comimos, jodimos. No hubo peleas. Dábamos largos paseos por la costa, comíamos en chiringuitos de marisco. No me preocupaba de escribir. Había momentos en que era mejor mantenerse apartado de la máquina. Un buen escritor sabía cuándo no escribir. Cualquiera podía mecanografiar. Yo no sólo era un buen mecanógrafo; también sabía hablar y conocía la gramática. Pero sabía cuándo no escribir. Era igual que joder. Tenías que descansar de vez en cuando. Tenía un viejo amigo que a veces me escribía cartas, Jimmy Shannon. Escribía seis novelas al año, todas sobre incesto. No era de extrañar que se muriera de hambre. Mi problema es que no sabía dejar descansar mi polla igual que mi máquina de escribir. Eso sólo sucedía porque las mujeres eran algo que se conseguía por rachas imprevisibles, así que tenías que conseguir el mayor número posible antes de que algún otro lo hiciese. Creo que el hecho de que yo dejara de escribir durante diez años fue una de las cosas más afortunadas que podían haberme ocurrido. (Supongo que algunos críticos dirán que fue una de las cosas más afortunadas que pudieron ocurrirles también a los lectores.) Diez años de descanso para ambas partes. ¿Qué ocurriría si dejara de beber durante diez años?"
"Debería ponerme a escribir como un condenado o volver a ser empleado de la limpieza en algún sitio."
Charles BUKOWSKI, Mujeres, Anagrama, Barcelona, 1983.