"Esto no puede continuar así. No paramos de hablar de mí. Ahora vamos a hablar de usted. Dígame, ¿qué le ha parecido mi último libro?"
"Aprendí también otra cosa: hay literatura sin crítica, pero no hay crítica sin literatura."
"En una reunión de la organización del Partido celebrada en el departamento de censura se decidió solicitar al Comité Cetral la disolución de la misma. El escrito correspondiente debería publicarse en la prensa. Pero la censura lo prohibió."
"A lo largo de mi vida he conocido muy pocos escritores alemanes que no estuvieran trabajando en una novela."
"De las ocurrencias más originales resultan casi siempre libros espantosos; y ciertos temas de apariencia absurda pueden conducir a novelas magníficas."
"El equipaje que me había atrevido a llevar consistía en una maleta de tamaño mediano con ropa, una cartera bastante pesada con papeles varios, algunos libros y una vieja máquina de escribir plegable."
"Sólo yo sé quién es miembro, pero no se lo digo a nadie."
"Le interesaban y desconcertaban los alcohólicos, las personas dependientes de las pastillas, los drogadictos, los neuróticos, los depresivos, los melancólicos, además de los homosexuales, las lesbianas y los impotentes."
"Bernhard era uno de esos escritores nada escasos que crean literatura -y además maravillosa-, pero no se interesan especialmente por ella."
"Sentía y sabía incomparablemente más de lo que era capaz de expresar con palabras."
"Se queja de no poder seguir escribiendo porque a cada frase se obligado a pensar cómo juzgaré el libro."
"Estaba bendecido con un talento singular, pero, al mismo tiempo, padecía una nefasta falta de voluntad, una tendencia a la apatía y al adormecimiento difícil de combatir."
Marcel REICH-RANICKI, Mi vida, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000.