"Consumió su juventud rápidamente, pero le llevó mucho tiempo hacerse adulto."
"Algunos de sus malos hábitos, entre los que mencionaba, aparte de la pereza, la inhibición y las dudas acerca de sí mismo, la costumbre de contárselo todo a Zelda."
"Se apresuró a publicar una colección de relatos, una descuidada selección de textos, unos muy logrados y otros más bien triviales."
"No existe paraíso sin serpiente, y este animal, que con sus astutas insinuaciones pretende destruirlo, habita, como es bien sabido, dentro de nosotros mismos. El presentimiento de que llegará el día de abandonar ese paraíso incentiva, inevitablemente, el impulso de ponerlo en entredicho."
"Sus relatos le servían como taller para sus obras mayores, como lugar de ensayo en el que experimentaba con algunos aspectos temáticos que después desarrollaría en sus novelas."
"Considero que todo hombre adulto tiene derecho a medio litro de vino al final del día."
"Estaba prohibido fabricar algo que recordara al espectador medio su deslucida realidad, y nada que pudiera molestar su supuesto sentido de la decencia."
Kyra STROMBERG, Zelda y Francis Scott Fitzgerald, Muchnik Editores, Barcelona, 2001.