"En la ruta de los esclavos, el viajero no puede esperar ayuda, cualquiera que sea la miseria en la que se encuentre: tiene que hacer sufrir, si no quiere sufrir él mismo."
"El jefe de la escolta no tiene más que un ojo. Según el proverbio sánscrito, la lealtad de un tuerto es tan rara como la fidelidad de una coqueta, y Mallok justifica el refrán. Tiene hermosas facciones, a pesar de estar picado de viruelas, pero su ojo no mira nunca a derechas, y su expresión inspira desconfianza. El primero para el placer y el último para el combate, grita continuamente sin embargo que prefiere batirse antes que comer."
"Han aprendido a vengar en los débiles los males de que han sido víctimas."
"Detén la hora que pasa: los astros siguen su curso y te traerán nuevos males. El sabio goza del presente; el loco deja el placer para el porvenir."
"Si brilla la luna, el espíritu se anima, un furor lúdico se apodera de todo el grupo, suena estrepitosamente el tambor, se eleva el canto, y todos empiezan a bailar con esa gravedad que distingue los preludios de este ejercicio y que cede bien pronto para dar lugar a una delirante agitación."
"En estos lugares de una fertilidad exuberante, la naturaleza ha hecho de su generosidad una maldición para el hombre, pues al proporcionarles raíces, hierbas, fruta, caza y algunos granos, con los cuales se contenta, le ha dispensado del trabajo, pero le ha vuelto inútil para el progreso."
"Mentir es, por otra parte, la costumbre del débil y del oprimido, así como su medio de defensa. Sin embargo, para el africano es algo más, y podría decirse que goza mintiendo."
"Considerada como una de las costumbres del país, la persecución del ganado humano está llena de atractivos para estos salvajes. Al beneficio de la guerra, une todos los placeres de la caza, y tiene sus peligros y sus emociones: rompe la monotonía de la existencia, le ofrece un objetivo, abre un camino al valor y a la astucia, proporciona gloria."
Richard BURTON, Las Montañas de la Luna, Valdemar, Madrid, 2000.