Que yo recuerde, después de él, no ha habido ningún estadista alemán que, con sinceridad tan palmaria, haya hablado de su propio fracaso. ¡Cuán distintamente se comportó luego otro gobierno alemán en aquella capitulación del año 1945! ¡Qué abismo tan profundo separaba a los estadistas de 1945 de aquel político honrado de 1923 que, libre de toda culpa personal, ya que llevaba muy poco tiempo como canciller del Reich, se veía obligado a capitular; pero, inmediatamente, se disponía a la reconstrucción del país, con valor y con destreza! Sobre todo con valor. ¡Cuántas veces, especialmente en los años que siguieron a 1933, he pensado justamente en este discurso de Stresemann ante el Reichstag! Conservo grabadas en la memoria aquellas palabras, tales como entonces las tuve que traducir: "El valor de cargar con la responsabilidad de esta renuncia a la resistencia pasiva es acaso un gesto más nacional que las frases con las cuales se censura tal acto. Desde el momento en que adopté tal determinación, tenía plena conciencia, como jefe que era de un partido cuya tendencia es completamente opuesta a ello, que yo no solamente me jugaba mi propia posición política dentro de mi partido, sino incluso la vida. Pero ¿qué es lo que más necesita el pueblo alemán? Precisamente eso, el valor de cargar con la responsabilidad."
Paul SCHMIDT, Europa entre bastidores, Destino, Barcelona, 2005.