Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

martes, 31 de mayo de 2011

CAVAFIS: El dios abandona a Antonio

Cuando de pronto, a media noche, se oiga
pasar invisible un báquico cortejo
con músicas maravillosas, con vocerío,
tu fortuna flaqueante, tus obras
fallidas, los sueños de tu vida
que salieron todos vanos, no los llores inútilmente.
Como dispuesto desde hace tiempo, como un valiente,
despide, despide a Alejandría que se aleja.
Sobre todo, no te engañes, no digas que fue
un sueño, que tu oído te engañó;
no te acojas a tan vanas esperanzas.
Como dispuesto desde hace tiempo, como un valiente,
como te cabe a ti, que de una ciudad tal mereciste el honor;
acércate resuelto a la ventana
y escucha conmovido, mas sin
súplicas ni lamentos de cobarde,
como goce postrero los sones,
los maravillosos instrumentos del místico, del báquico cortejo
y despide, despide a la Alejandría que tú pierdes.

C.P. CAVAFIS, Antología poética, Alianza, Madrid, 1999.

lunes, 30 de mayo de 2011

JANOWSKI: El más preciado botín del bandido del bosque de Mikluszowice

Durante años, el terrible salteador Jurek fue dueño del bosque de Mikluszowice. Cualquiera que lo atravesara, se exponía a verse asaltado por el bandido. Jurek guardaba en su cueva todo lo que robaba pues, a diferencia de otros ladrones célebres, no desvalijaba a los ricos para entregárselo a los pobres. Él no distinguía entre ricos y pobres, a todos les exigía algo a cambio de sus vidas. Tenía el gusto de las urracas por los objetos extraños e inservibles. Por ello, en su guarida podían encontrarse monedas rusas, turcas y austríacas, manuscritos jasídicos, biblias ortodoxas, tratados filosóficos, modestas azadas, violines, anillos eclesiásticos, bastones, la cruz de la iglesia de Targowisko, candelabros, espadas, mosquetes, hachas de leñadores que se habían adentrado en el bosque de Mikluszowice para cortar leña, la muleta del alcalde cojo de Dziewin.
Sin embargo, el más extraño botín que jamás consiguió Jurek fue el beso que le dio Izabella Lenczewska, una joven que se dirigía a Cracovia. Cuando asaltó la diligencia donde ésta viajaba, todos los pasajeros, que sabían de la fama de Jurek, se apresuraron a entregarle un objeto. Incluso algunos, conocedores del gusto del bandido por lo extraño y lo insólito, lo traían preparado. Pero Izabella Lenczewska nada tenía que entregarle. Como el bandido se impacientaba, y los otros pasajeros comenzaban a ponerse nerviosos, la viajera le acabó dando un beso en la mejilla.
-Así no me olvidarás nunca –le dijo.
Jurek no respondió nada. Le hizo un gesto enérgico al cochero para que siguiera su marcha y los viajeros vieron, mientras se alejaba la diligencia, que el bandido se adentraba en el bosque con un aire cansino.
Se dice que Jurek nunca olvidó aquel beso que le dio Izabella Lenczewska, la joven que se dirigía a Cracovia.

Andrzej NOWAK (ed.), Pequeña Polonia, El Olivo, Jaén, 2011.

domingo, 29 de mayo de 2011

CAVAFIS: Llegará Efialtes y los medos pasarán

Honor a aquellos que en su vida
defendieron unas Termópilas.

Justos y rectos en todos sus actos,
sin jamás apartarse del deber,
pobres pero generosos,
amantes de la verdad
sin por ello odiar a los mendaces.

Más honor aún se les debe
porque saben (y no tienen miedo)
que al fin llegará Efialtes
y que los medos pasarán.

C.P. CAVAFIS, Antología poética, Alianza, Madrid, 1999.

sábado, 28 de mayo de 2011

LAPIERRE: Sus bocas escupen un líquido amarillento

El horror. Lo indecible. Impelida por el viento, la nube de gas alcanza en casi todas partes al flujo humano que huye intentando ponerse a salvo. La gente, enloquecida, corre en todas direcciones con la ropa arrancada, los velos rotos, en busca de una bocanada de aire respirable. Algunos, con los pulmones reventados, ruedan por el suelo con atroces convulsiones. Los muertos de tez verdosa se mezclan con los agonizantes por todas partes, sacudidos por los espasmos y cuyas bocas escupen un líquido amarillento.

Dominique Lapierre, Javier Moro, Era medianoche en Bhopal, Planeta, Barcelona, 2001.

viernes, 27 de mayo de 2011

SENDER: Yo soy de los mejor libraos

Desde el fondo de la noche y, sin embargo, muy próximos, llegan unos quejidos humanos leves, voluntariamente contenidos. Viance pregunta:
-¡Eh! ¿Quién va ahí?
-¡No tiréis, compañeros! ¿Es Annual?
-¿Quién va?
-¡Auxilio! ¿Es Annual?
-¡Cabo de cuarto!
El cabo tarda. El soldado se cree abandonado y grita:
-¡Por vuestra madre, compañeros! Soy de la primera del tercero de Ceriñola. Llevo dos tiros. Me han partido una pierna. ¿Es Annual?
-No. Es R.
Ahora es el cabo quien le contesta. El herido gime; luego, blasfema. No se ve nada. Sombras densas sobre las sombras claras, de red, de la alambrada. Un oficial se asoma:
-¿Qué pasa?
El herido repite una vez más:
-Llevo dos tiros. Soy de la primera compañía que habéis relevado. ¡Y esto no es Annual! ¡Ah, la hostia divina! ¡Si no es Annual es que todos estamos dejaos de la mano de Dios!
-¿Ha llegado el relevo a Annual?
-¡Qué va a llegar! ¿No lo habéis visto? Yo soy de los mejor libraos.
-Muchacho -advierte el oficial-, hablas con el teniente ayudante.
-¡A la orden! Pues no, señor. El comandante ha muerto, y...
-Bueno, bueno. No quiero saber más. ¿Conservas el fusil?
-Traigo tres.
-Has cumplido con tu deber. Saca los cerrojos y tíralo aquí. Procura que caigan dentro del parapeto.
Esa orden implica la seguridad de que los moros llegarán luego a la misma alambrada y pueden aprovechar los fusiles. Para el herido, es una sentencia de muerte. Viance farfullea amenazas sin sentido contra la mala sangre del oficial. «¿Que hay una embosca y al salir nos tiran? Con la cerrazón de la noche no es fácil que hagan mucha carne, y si la hacen, estando la alambra ya abierta, se puede entrar en la posición de nuevo.»
El soldado reflexiona un instante y luego suplica con acento alterado por el pavor:
-¡Mi teniente! No es por nada; pero cumplo dentro de tres meses.
-¿Qué tiene que ver eso?
-Si me curaran -dice el herido-, podría salvarme, mi teniente.
Un silencio y añade, arrastrando las palabras con una especie de ronquera:
-No merezco morir como un perro, mi teniente.
-¡Te prohibo que sigas hablando!
El herido cambia de acento:
-¡A la orden!
Asoma la luna. Cae sobre el campo una claridad espectral, de estaño. El herido, tumbado en el suelo, arrastra una pierna rota, como de trapo, agarrado a los piquetes de la alambrada. ¿Cómo va a saltarla, si son cuatro metros de maraña espinosa? Al sentirse descubierto por la luz, quiere insistir con impaciencia de pánico, entre desesperado y humilde:
-¡Mi ten...!
Tiros próximos. El soldado calla y se aplasta contra el suelo. Después de un silencio, añade bajando la voz:
-¡Ahí van! En uno va atada la medalla de identidad para que la envíen al suboficial, con su permiso, y pueda escribir a casa.

Ramón J. Sender, Imán, Destino, Barcelona, 1985.

jueves, 26 de mayo de 2011

JAIM ETCHEVERRY: Escrito a mano

¿Cuánto hace que no experimentamos el placer de recibir una carta manuscrita en letra cursiva? La caligrafía es una habilidad humana en rápida extinción, porque ya casi no se enseña en las escuelas.

Cuando se emplea una lapicera, en general se lo hace para escribir con letra de imprenta. Stefano Bartezzaghi y María Novella de Luca, periodistas italianos interesados en el tema, se preguntan si la preocupación por el ocaso de la escritura cursiva responde a la nostalgia o constituye una emergencia cultural. Muchos expertos se inclinan por la última alternativa.

En Inglaterra se vuelve a usar la estilográfica para que los estudiantes aprendan la grafía. En Francia también se considera que no se debe prescindir de esa habilidad, pero allí el problema reside en que ya no la dominan ni los maestros.

Aunque el mundo adulto no está aún preparado para recibir las nuevas inteligencias de los niños producto de la tecnología, la pérdida de la habilidad de la escritura cursiva explica trastornos del aprendizaje que advierten los maestros e inciden en el desempeño escolar. En la escritura cursiva, el hecho de que las letras estén unidas una a la otra por trazos permite que el pensamiento fluya con armonía de la mente a la hoja de papel. Al ligar las letras con la línea, quien escribe vincula los pensamientos traduciéndolos en palabras.

Por su parte, el escribir en letra de imprenta, alternativa que se ha ido imponiendo, implica escindir lo que se piensa en letras, desguazarlo, anular el tiempo de la frase, interrumpir su ritmo y su respiración. Si bien ya resulta claro que las computadoras son un apéndice de nuestro ser, hay que advertir que favorecen un pensamiento binario, mientras que la escritura a mano es rica, diversa, individual, y nos diferencia a unos de otros.

Habría que educar a los niños desde la infancia en comprender que la escritura responde a su voz interior y representa un ejercicio irrenunciable. Es ilógico suponer que la tendencia actual se revertirá, pero al menos los sistemas de escritura deberían convivir, precisamente por esa calidad que tiene la grafía de ser un lenguaje del alma que hace únicas a las personas. Su abandono convierte al mensaje en frío, casi descarnado, en oposición a la escritura cursiva, que es vehículo y fuente de emociones al revelar la personalidad, el estado de ánimo.

Posiblemente sea esto lo que los jóvenes temen, y optan por esconderse en la homogeneización que posibilita el recurrir a la letra de imprenta. Porque, como lo destaca Umberto Eco, que interviene activamente en este debate, la escritura cursiva exige componer la frase mentalmente antes de escribirla, requisito que la computadora no sugiere.

En todo caso, la resistencia que ofrecen la pluma y el papel impone una lentitud reflexiva. Muchos escritores, habituados a escribir en un teclado, desearían a veces volver a realizar incisiones en una tableta de arcilla, como los sumerios, para poder pensar con calma. Eco propone que, así como en la era del avión se siguen tripulando barcos a vela, sería auspicioso que los niños aprendieran caligrafía, para educarse en lo bello y para facilitar su desarrollo psicomotor. Como en tantos otros aspectos de la sociedad actual, surge aquí la centralidad del tiempo. Un artículo reciente en la revista Time, titulado Duelo por la muerte de la escritura a mano, señala que es ése un arte perdido, ya que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo consideran un rito de pasaje, "nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo más rápidamente posible. Hemos abandonado la belleza por la velocidad, la artesanía por la eficiencia. Y, sí -admite su autora, Claire Suddath-, tal vez seamos algo más perezosos.La escritura cursiva parece condenada a seguir el camino del latín: dentro de un tiempo, no la podremos leer".

Abriendo una tímida ventana a la individualidad, aún firmamos a mano. Por poco tiempo.

Guillermo Jaim Etcheverry, Escrito a mano, La Nación, domingo 27 de septiembre de 2009.

miércoles, 25 de mayo de 2011

CAVAFIS: Las ventanas

En estos lúgubres aposentos,
donde paso mis días de aflicción,
busco por todos lados las ventanas.
Tendré consuelo cuando se abra una.

Pero las ventanas no aparecen,
soy incapaz de encontrarlas.

Mejor quizá no hallarlas.
Quizá la luz sería una nueva dictadura;
quién sabe qué de nuevo me traería.

C.P. CAVAFIS, Antología poética, Alianza, Madrid, 1999.

martes, 24 de mayo de 2011

PÉREZ BUSTAMANTE: El Amazonas

El 12 de febrero entraron los expedionarios en el Amazonas. "El río era tan ancho de banda a banda, de ahí adelante, que parecía que caminábamos por anchíssimo mar engolfados", dice el padre Carvajal, cronista del viaje. Se construyó otro bergantín de mayor capacidad y continuaron su viaje, aunque continuamente molestados por los mosquitos y por los indios, principalmente los terribles machiparos, que perturbaban los desembarcos que se hacían para descansar y aprovisionarse, y los caribes, que usaban flechas envenenadas y causaron varias bajas entre los expedicionarios. El padre Carvajal, que fué dos veces herido y perdió un ojo, nos describe la terrible muerte del burgalés Carranza: "Fué una cosa de mucha lástima verle, porque se le puso el pie en que fué herido muy negro, e fué subiendo la ponçoña por la pierna arriba, como cosa viva, sin se poder ataxar, aunque le dieron muchos cauterios de fuego, con lo que se vido que la flecha traía yerba ponçoñosíssima e como subió al corazón, murió estando en mucha pena hasta el tercero día que dió el ánima a Dios que la crió."

Ciriaco PÉREZ BUSTAMANTE, Historia del Imperio español, Ediciones Atlas, Madrid, 1951.

lunes, 23 de mayo de 2011

ESLAVA GALÁN: Bombardeo de Jaén

Queipo de Llano bombardea Jaén, una indefensa ciudad de retaguardia que no dispone de sirenas de alarma ni refugios antiaéreos.

El 1 de abril de 1937, a las cinco y veinte de la tarde, seis J-52 en formación de cuña, protegidos por algunos cazas, dejan caer sobre Jaén un rosario de bombas de cien y de cincuenta kilos. El ataque ocasiona 155 muertos y numerosos heridos. Una bomba cae en la calle de Fontanilla y mata a veintidós personas; otra en la farmacia de don Ramón Espantaleón, en la calle de Muñoz Garnica, y mata a los cinco clientes que en ese momento se encontraban en el establecimiento. El boticario se salva porque había bajado al sótano a buscar un medicamento.

En represalia por el bombardeo, las autoridades republicanas fusilan a 128 presos escogidos entre los derechistas y propietarios encarcelados desde el principio de la guerra en la prisión provincial y en la catedral.

Juan ESLAVA GALÁN, Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie, Planeta, Barcelona, 2006.

domingo, 22 de mayo de 2011

SCHMIDT: Stresemann y el valor de cargar con la responsabilidad

Que yo recuerde, después de él, no ha habido ningún estadista alemán que, con sinceridad tan palmaria, haya hablado de su propio fracaso. ¡Cuán distintamente se comportó luego otro gobierno alemán en aquella capitulación del año 1945! ¡Qué abismo tan profundo separaba a los estadistas de 1945 de aquel político honrado de 1923 que, libre de toda culpa personal, ya que llevaba muy poco tiempo como canciller del Reich, se veía obligado a capitular; pero, inmediatamente, se disponía a la reconstrucción del país, con valor y con destreza! Sobre todo con valor. ¡Cuántas veces, especialmente en los años que siguieron a 1933, he pensado justamente en este discurso de Stresemann ante el Reichstag! Conservo grabadas en la memoria aquellas palabras, tales como entonces las tuve que traducir: "El valor de cargar con la responsabilidad de esta renuncia a la resistencia pasiva es acaso un gesto más nacional que las frases con las cuales se censura tal acto. Desde el momento en que adopté tal determinación, tenía plena conciencia, como jefe que era de un partido cuya tendencia es completamente opuesta a ello, que yo no solamente me jugaba mi propia posición política dentro de mi partido, sino incluso la vida. Pero ¿qué es lo que más necesita el pueblo alemán? Precisamente eso, el valor de cargar con la responsabilidad."

Paul SCHMIDT, Europa entre bastidores, Destino, Barcelona, 2005.

sábado, 21 de mayo de 2011

BURTON: Las Montañas de la Luna

"En la ruta de los esclavos, el viajero no puede esperar ayuda, cualquiera que sea la miseria en la que se encuentre: tiene que hacer sufrir, si no quiere sufrir él mismo."

"El jefe de la escolta no tiene más que un ojo. Según el proverbio sánscrito, la lealtad de un tuerto es tan rara como la fidelidad de una coqueta, y Mallok justifica el refrán. Tiene hermosas facciones, a pesar de estar picado de viruelas, pero su ojo no mira nunca a derechas, y su expresión inspira desconfianza. El primero para el placer y el último para el combate, grita continuamente sin embargo que prefiere batirse antes que comer."

"Han aprendido a vengar en los débiles los males de que han sido víctimas."

"Detén la hora que pasa: los astros siguen su curso y te traerán nuevos males. El sabio goza del presente; el loco deja el placer para el porvenir."

"Si brilla la luna, el espíritu se anima, un furor lúdico se apodera de todo el grupo, suena estrepitosamente el tambor, se eleva el canto, y todos empiezan a bailar con esa gravedad que distingue los preludios de este ejercicio y que cede bien pronto para dar lugar a una delirante agitación."

"En estos lugares de una fertilidad exuberante, la naturaleza ha hecho de su generosidad una maldición para el hombre, pues al proporcionarles raíces, hierbas, fruta, caza y algunos granos, con los cuales se contenta, le ha dispensado del trabajo, pero le ha vuelto inútil para el progreso."

"Mentir es, por otra parte, la costumbre del débil y del oprimido, así como su medio de defensa. Sin embargo, para el africano es algo más, y podría decirse que goza mintiendo."

"Considerada como una de las costumbres del país, la persecución del ganado humano está llena de atractivos para estos salvajes. Al beneficio de la guerra, une todos los placeres de la caza, y tiene sus peligros y sus emociones: rompe la monotonía de la existencia, le ofrece un objetivo, abre un camino al valor y a la astucia, proporciona gloria."

Richard BURTON, Las Montañas de la Luna, Valdemar, Madrid, 2000.

viernes, 20 de mayo de 2011

NELSON: Bloqueo

"Pero para ser escritor hay que comenzar por escribir realmente, y escribir mucho."

"Si se interpreta adecuadamente, el bloqueo es lo mejor que puede sucederle a un escritor."

"La procrastinación no significa más que un aplazamiento del placer, del placer que se puede obtener del acto lúdico de la creación."

"Un importante principio: la disciplina creativa surge del placer, no de la tiranía sobre uno mismo ni de la autocrítica."

"Si no maduramos, tampoco lo harán nuestras obras."

"El acto más audaz que puede llevar a cabo un escritor es dar este paso minúsculo, poner por escrito esa condenada palabrita que pincha con su perfecto prosaísmo el globo de las hinchadas fantasías y, luego, poner otra palabra inmediatamente a continuación."

"Es absolutamente esencial hacer de la escritura una parte integrante de la vida corriente."

"La mayoría de los escritores arrancan de cero y es mucho más fácil mejorar que empeorar."

"El bloqueo del escritor se encuentra con mucha mayor frecuencia en una voluntad que peca por exceso que en una que lo hace por defecto."

"Existe una relación casi matemática entre la ambición galopante y grandiosa, cuando no está firmemente anclada en el hábito diario de la producción, y el bloqueo creativo grave."

"Cuando alguien escribe un relato, debe echar en él lo mejor de todo, lo mejor de cuanto posee y ha visto, todas las mejores cosas que ha acumulado a lo largo de su vida."

"El día que alguien descubre que es escritor no suele ser aquel en que concluye su primer relato o poema, o el día en que es publicado por vez primera, sino mucho, mucho más adelante."

"El acto de escribir genera más escritura."

Victoria NELSON, Sobre el bloqueo del escritor, Península, Barcelona, 2007.

jueves, 19 de mayo de 2011

STROMBERG: Zelda y Francis Scott Fitzgerald

"Consumió su juventud rápidamente, pero le llevó mucho tiempo hacerse adulto."

"Algunos de sus malos hábitos, entre los que mencionaba, aparte de la pereza, la inhibición y las dudas acerca de sí mismo, la costumbre de contárselo todo a Zelda."

"Se apresuró a publicar una colección de relatos, una descuidada selección de textos, unos muy logrados y otros más bien triviales."

"No existe paraíso sin serpiente, y este animal, que con sus astutas insinuaciones pretende destruirlo, habita, como es bien sabido, dentro de nosotros mismos. El presentimiento de que llegará el día de abandonar ese paraíso incentiva, inevitablemente, el impulso de ponerlo en entredicho."

"Sus relatos le servían como taller para sus obras mayores, como lugar de ensayo en el que experimentaba con algunos aspectos temáticos que después desarrollaría en sus novelas."

"Considero que todo hombre adulto tiene derecho a medio litro de vino al final del día."

"Estaba prohibido fabricar algo que recordara al espectador medio su deslucida realidad, y nada que pudiera molestar su supuesto sentido de la decencia."


Kyra STROMBERG, Zelda y Francis Scott Fitzgerald, Muchnik Editores, Barcelona, 2001.

miércoles, 18 de mayo de 2011

BRECHER: Merkava

Los israelíes diseñan armas realmente bonitas, pero el tanque Merkava es su buque insignia. Fue diseñado y construido por gente que estaba de verdad en guerra. El motor va delante a fin de que absorba el máximo de sacudida al disparar un proyectil. El tanque entero es inmune a los lanzagranadas, y dentro hay sitio para todo un pilotón de infantería. Eso es importante, porque significa que los israelíes son el único ejército del mundo que se preocupa por mantener a sus tropas con vida hasta que lleguen al campo de batalla. Me explico: casi todos los ejércitos imitan a los rusos, que enviaban a sus tropas a pelear en taxis de combate como los BMP, y esos vehículos se desintegran si les das con cualquier cosa más seria que una piedra.

Capacidad de supervivencia; esto es lo que prima ahora. Y el Merkava era intocable. Pero en tan sólo un mes los israelíes perdieron dos Merkavas. Y eso no tendría que haber pasado. Los palestinos colocaron minas lo bastante brutas como para cargarse un Merkava y esperaron el momento propicio. El caso es que, además de duros, los palestinos se han vuelto muy listos.

Gary BRECHER, Hazañas y chapuzas bélicas, Los Libros del Lince, Barcelona, 2010.

martes, 17 de mayo de 2011

SCHWOB: Viaje a Samoa

"A las siete, cuando íbamos a cenar, dos bandazos violentos volcaron la cena de ciento cincuenta personas, rompieron toda la vajilla, y convirtieron el comedor en un lago de vino, de loza y de cascos de botella, entre los cuales nadaban calandras y avellanas, almendras, higos y pasas."

"Hay montañas tabulares cuyo plano se eleva poco a poco. Son los prodigiosos juguetes de algún terrible dios negro."

"La nación que proclamó los Derechos del Hombre trata a una bella raza inteligente peor que al ganado en el matadero."

"Con gravedad, le hemos aconsejado que cace el lemp, especie de avestruz que sólo tiene una pata, y que se apresa aserrando el árbol contra el cual se duerme; o el camor, en China lang-pé, que tiene las patas más cortas de un lado para poder correr mejor por la falda de las montañas."

"A donde se llega por corredores tortuosos, escaleras empinadas, entre charcas de inmundicias donde pululan las cucarachas."

"A bordo tenemos un millonario que posee una mina de oro en Nueva Zelanda, desprecia a todo el mundo, bebe champán y fuma habanos sin ofrecerlos."

"En su juventud, este mastodonte con botones de diamante se aprendió de memoria el undécimo libro de El Paraíso Perdido, para ganar una apuesta."


Marcel SCHWOB, Viaje a Samoa, Ediciones Folio, Barcelona, 2004.

lunes, 16 de mayo de 2011

HAZZARD: Greene en Capri

"Sus mejores obras, con su encantadora mezcla de ingenio, sucesos y solitaria fatalidad no han perdido vigencia."

"Debo escribir unas trescientas cincuenta palabras al día."

"Lo que quedaba era profesionalismo: una excepcional visión y tono, un experto y tópico arte narrativo que mantenía el interés y aclaraba el ritmo del lector."

"Me asombra constatar lo indisciplinado que era Waugh."

"Malaparte exaltó las brutalidades fascistas, urgiendo a los italianos a que quemaran las bibliotecas."

"Una noche, cuando hablé del placer experimentado al leer Dramaturgos, la obra de Graham, él me explicó que la había terminado a bordo de un barco, en un convoy de los días de la guerra, que avanzaba tortuosamente durante semanas en dirección al oeste de África, sin libros de referencia o luz por la noche, y entre turnos para vigilar la aparición de un submarino."

"No me gustaría imponerme a una persona que disfruta ahora tan poco de mi compañía."

"Los años se le notaban en el rostro herido, ofendido, que a veces parecía afectado por todo lo que había soportado, considerado, disfrutado, resentido y expresado."


Shirley HAZZARD, Greene en Capri, Península, Barcelona, 2001.

domingo, 15 de mayo de 2011

BRECHER: RPG-7, la pequeña preciosidad

Si analizáis las guerras de verdad que se libran ahora mismo, siempre aparecen dos armas, una y otra vez: el AK-47 y el RPG-7. Ambas son de diseño ruso, y ambas más viejas que vuestros padres.
Ésas son las armas que cuentan, porque ya están ahí, en millones de unidades, suficientes para equipar a todos los ejércitos guerrilleros del mundo, tan sencillas de manejar que hasta un chico campesino con un coeficiente intelectual muy justito puede dispararlas, y lo bastante baratas como para comprar al por mayor.
El RPG se estrenó contra nuestros chicos en Vietnam. El Vietcong y el ejército norvietnamita emplearon el RPG como arma antiblindada a nivel de patrulla, y funcionó tan bien que el dinero invertido en nuestros carros y vehículos blindados no sirvió de nada.
Vietnam fue sólo el comienzo de la carrera del RPG. Pensad ahora en Mogadiscio, año 1993. Todo aquel desastre de Black Hawk derribado pasó porque unos yihadistas afganos que se habían retirado a Mogadiscio -lugar agradable y pacífico, comparado con Kandahar- enseñaron a los somalíes a utilizar el RPG-7 como arma antiaérea, cosa que los diseñadores rusos nunca tuvieron en mente.
En su primera guerra contra Rusia, los chechenos descubrieron que el RPG es el arma perfecta para el combate urbano.

Gary BRECHER, Hazañas y chapuzas bélicas, Los Libros del Lince, Barcelona, 2010.

sábado, 14 de mayo de 2011

SABATO: Tratando de escribir alguna página que sea algo más que un borrador

Caminaban por la calle Perú; apretándole un brazo, Bruno le señaló a un hombre que caminaba delante de ellos, ayudado con un bastón.
—Borges.
Cuando estuvieron cerca, Bruno le saludó. Martín se encontró con una mano pequeña, casi sin huesos ni energía. Su cara parecía haber sido dibujada y luego borrada a medias con una goma. Tartamudeaba.
—Es amigo de Alejandra Vidal Olmos.
—Caramba, caramba... Alejandra... pero muy bien.
Levantaba las cejas, lo observaba con unos ojos celestes y acuosos, con una cordialidad abstracta y sin destinatario preciso, ausente.
Bruno le preguntó qué estaba escribiendo.
—Bueno, caramba... —tartamudeó, sonriendo con un aire entre culpable y malicioso, con ese aire que suelen tomar los paisanos argentinos, irónicamente modesto, mezcla de secreta arrogancia y de aparente apocamiento, cada vez que se les pondera un pingo o su habilidad para trenzar tientos—. Caramba... y bueno..., tratando de escribir alguna página que sea algo más que un borrador, ¿eh, eh?...
Y tartamudeaba haciendo una serie de tics bromistas con la cara.
Y mientras caminaban hacia la casa de Rinaldini, Bruno lo veía a Méndez diciendo sarcásticamente: ¡Conferenciante para señoras de la oligarquía! Pero todo era mucho más complejo de lo que imaginaba Méndez.
—Es curioso la calidad e importancia que en este país tiene la literatura fantástica —dijo—. ¿A qué podrá deberse?
Tímidamente Martín le preguntó si no podía ser consecuencia de nuestra desagradable realidad, una evasión.
—No. También es desagradable la realidad norteamericana. Tiene que haber otra explicación. En cuanto a lo que Méndez piensa de Borges...
Se sonrió.
—Dicen que es poco argentino —comentó Martín.
—¿Qué podría ser sino argentino? Es un típico producto nacional. Hasta su europeísmo es nacional. Un europeo no es europeísta: es europeo, sencillamente.
—¿Usted cree que es un gran escritor?
Bruno se quedó pensando.
—No sé. De lo que estoy seguro es de que su prosa es la más notable que hoy se escribe en castellano. Pero es demasiado preciosista para ser un gran escritor. ¿Lo imagina usted a Tolstoi tratando de deslumbrar con un adjetivo cuando está en juego la vida o la muerte de uno de sus personajes? Pero no todo es bizantino en él, no vaya a creer. Hay algo muy argentino en sus mejores cosas: cierta nostalgia, cierta tristeza metafísica...

Ernesto SABATO, Sobre héroes y tumbas, Seix Barral, Barcelona, 1991.

viernes, 13 de mayo de 2011

CANETTI: Mi biblioteca

Mi biblioteca, integrada por miles de volúmenes que me he propuesto leer, crece a un ritmo diez veces mayor que el de mi capacidad de lectura. He intentado ampliarla hasta hacer de ella una especie de universo donde lo encuentre todo. Pero este universo crece en proporción vertiginosa. No quiere calmarse nunca, y siento su crecimiento en mi propio cuerpo. Cada volumen que introduzco provoca un pequeño cataclismo.

Elias CANETTI, Hampstead. Apuntes rescatados 1954-1971, Anaya & Mario Muchnik, Madrid, 1996.

jueves, 12 de mayo de 2011

BENJAMÍN DE TUDELA: Drusos

Sidón es una ciudad grande, y en ella hay unos veinte judíos. Cerca de ella, a unas diez millas, se encuentran unas gentes que están en guerra con los habitantes de Sidón; se llaman drusos y son considerados como paganos herejes: no tienen religión. Viven en las altas montañas y en las cavernas de los peñascos, ni tienen rey ni príncipe que domine sobre ellos, llevando una vida solitaria entre montes y peñones. Hasta el monte Hermón llegan sus términos, camino de tres días. Anegados en lujuria, toman a sus hermanas por mujeres y el padre a la hija, y celebran una fiesta anual a la que acuden todos, hombres y mujeres, a comer y beber juntos, y luego cambian sus mujeres cada uno con la de su prójimo. Dicen ellos que el alma al tiempo de salir del cuerpo de un varón bueno, se une al de un niño, que nace al mismo tiempo que sale el alma del cuerpo de aquel; y si fuese un hombre malo, se une ésta al cuerpo de un perro o de un asno: tal es su camino de torpeza y necedad. No hay judíos entre ellos, y sólo acuden allí algunos tintoreros y artesanos, que permanecen ocupados en sus trabajos y negocios, hasta que vuelven a sus casas. Son amigos de los judíos. Ágiles por las montañas y collados, nadie puede, por tal motivo, guerrear con ellos.

Benjamín de Tudela, Libro de los viajes, De La Luna, Madrid, 2001.

miércoles, 11 de mayo de 2011

COLOMA: Conventículo de herejes

Moraba por aquel entonces en Valladolid, en el número 13 de la calle de las Platerías, un tal Juan García, de oficio platero. Veíale su mujer de algún tiempo atrás caviloso y distraído, y observóle también que muchas noches fingía recogerse al aposento más temprano y tornaba a salir luego más tarde. Era la mujer brava y dedidida y siguióle una noche creyendo que fuera todo cosa de amoríos.
Llegó Juan García a una calle que llaman ahora del Doctor Cazalla, y sin recatarse demasiado, llamó a una casa que estaba entre lo que es hoy cuartel de caballería y la antigua botica de la plazuela de San Miguel. Abrióse con precaución un postiguillo, y la mujer oyó distintamente que daban desde dentro una contraseña. Abrióse la puerta y entró el platero.
Quedóse la mujer atónita y creció más todavía su pasmo al ver que por ambos extremos de la calle llegaban a intervalos hombres y mujeres, ya solos, ya en parejas, y previa la misma operación que hiciera su marido desaparecían también en la casa misteriosa, que no era otra sino la de doña Leonor de Vibero, madre del doctor Cazalla. Era la mujer decidida, según ya dijimos; y como viese venir a lo largo de la calle una beata muy devota y compuesta, que resultó luego la Juana Sánchez que se suicidó en la Inquisición clavándose unas tijeras en la garganta, siguióle los pasos con disimulo, dio también en la puerta su contraseña y entróse tras la beata hasta una sala muy espaciosa, no mal alumbrada, en que vio y escuchó al doctor Cazalla explicando a más de sesenta personas, entre hombres y mujeres, las perversas doctrinas luteranas que había traído de Alemania.
Comprendió la mujer al punto que se hallaba en un conventículo de herejes, y llena de horror, aunque sin perder un punto su aplomo y energía, salióse con disimulo y denunció aquella misma mañana a su confesor todo lo que había visto y oído.

Luis COLOMA, Jeromín, Tebas, Madrid, 1975.

martes, 10 de mayo de 2011

DUQUE DE ESTRADA: Quedaron cebados los perros

Es consuetud de los alemanes llevar a la guerra a sus mujeres, las cuales les sirven sus bagajes, llevando las ollas, sartén, asador y demás baratijas, como alforjas; y a estas siguen los perros, que llevan ordinariamente, los cuales, estando sobre Buda, ciudad que posee el Turco, fue tanta la necesidad que el ejército pasó que, no teniendo sus dueños que comer, los perros que en el ejército iban (que eran de más de veinte mil hombres, y las mujeres más de cuatro mil), empezaron con la hambre a comer la carne de los muertos; con la cual, encarnizados y grandemente crecidos, dejaban a sus dueños, en quienes no hallaban socorro ni lo tenían para sí mismos, y se cebaban en los muertos. Esto duró un año y medio, al cabo del cual fue la cruel batalla llamada de Buda, en que fueron rotos los turcos y los tártaros, con muerte de más de siete mil de ellos, que dejando el campo quedó por nuestro, retirándonos también nosotros a Presburgo. Quedáronse los perros cebados en la carne fresca, la cual, viniendo a corromperse y bebiendo, los perros, necesitados, la comían, de que se engendró una rabia cruel en ellos; tal que, no comiendo más que aquella carne y estando hambrientos, salían al camino y mataban y comían a los que pasaban. Fue tanto el daño por ellos causado, que obligaron a D. Baltasar Marradas a que envíase compañías enteras a matarlos, en las cuales hacían tanto daño, mordiéndolos con furiosa rabia, y estos muriendo, rabiando, que fue necesario enviar un tercio de tres mil hombres y hacer un foso con muchos espinos para estorbarles el que pasasen a embestir al ejército, a quien juntos y en figura de mal formado escuadrón arremetían como demonios, y allí, con mucho trabajo, los fueron consumiendo con una pieza de artillería cargada de balas.

Diego DUQUE DE ESTRADA, Memorias, Ediciones Espuela de Plata, Sevilla, 2006.

lunes, 9 de mayo de 2011

LISIEWICZ: La biblioteca de Julien Sorel

Fouqué se había refugiado en su cabaña cuando estalló la tormenta. Sintió frío; el fuego se estaba apagando. Se fijó en el arcón donde guardaba las pertenencias de su desdichado amigo. Aquellos endemoniados libros habían sido, sin duda, la perdición de Julien. Comenzó a arrojarlos a las llamas.

Andrzej NOWAK (ed.), Pequeña Polonia, El Olivo, Jaén, 2011.

domingo, 8 de mayo de 2011

CANETTI: Mientras escribo me siento seguro

Mientras escribo me siento seguro. Quizá sólo escriba por eso. Aunque da igual lo que escriba. Lo que no puedo hacer es dejar de hacerlo. Puede ser cualquier cosa, siempre que sea para mí; no una carta, nada que sea impuesto o exigido desde fuera. Pero si paso varios días sin escribir nada, me siento perplejo, desesperado, opaco, vulnerable, receloso, amenazado por cientos de peligros.

Elias CANETTI, Hampstead. Apuntes rescatados 1954-1971, Anaya & Mario Muchnik, Madrid, 1996.

CHAMFORT: ¡Silencio!

Un día en que no se oía nada durante una disputa en la Academia, M. Mairan dijo: "Señores, ¿por qué no hablamos sólo cuatro a la vez?"

***

Un día en que algunos consejeros hablaban demasiado alto a la Audiencia, M. de Harley, primer presidente, dijo: "Si estos señores que hablan no hicieron tanto ruido como estos que roncan, ello redundaría en beneficio de los señores que escuchan"

sábado, 7 de mayo de 2011

S.T.T.L. Trillo










DOMÍNGUEZ PRIETO: ¿Por qué no abrimos la caja?

Era la primera vez que entraba en la parroquia como sacerdote. El párroco me pidió que lleváramos a los niños de catequesis -que eran muchos, unos ciento y pico- a la capilla y que hiciéramos una oración antes de comenzar cada uno con su grupo.
Yo entré en la capilla y aquello parecía la guerra de las galaxias: todos allí trasteando, uno tirando de la coleta a la niña de delante, otros discutiendo. Entonces me puse algo serio y dije: "¿Es que no vais respetar aquí a un cura? ¿No os dais cuenta de quién está aquí?".
Y preguntaban: "Pero, ¿quién está aquí?".
Yo miré al Sagrario y les dije: "Aquí está Jesucristo, el que nació de la Virgen María, el que anduvo sobre las aguas, el que multiplicó los panes y los peces, el que resucitó a Lázaro, el que murió y resucitó al tercer día, el que está sentado a la derecha del Padre". Y todos se quedaron mirando, sin acabar de creérselo. Hasta que, al final, uno levantó la mano y dijo: "¿De verdad, lo dices de verdad, en serio?". "Que sí, que lo digo en serio", respondía yo. Y me dice: "¿Y por qué no abrimos la caja?".

Pablo DOMÍNGUEZ PRIETO, Hasta la cumbre, San Pablo, Madrid, 2009.

viernes, 6 de mayo de 2011

REICH-RANICKI: Mi vida

"¿Parece un portento! Lo he experimentado mil veces y, sin embargo, siempre me resulta novedoso. Unos me reprochan ser judío; otros me lo perdonan; un tercero me alaba incluso por serlo; pero todos piensan en ello."

"Esto no puede continuar así. No paramos de hablar de mí. Ahora vamos a hablar de usted. Dígame, ¿qué le ha parecido mi último libro?"

"Aprendí también otra cosa: hay literatura sin crítica, pero no hay crítica sin literatura."

"En una reunión de la organización del Partido celebrada en el departamento de censura se decidió solicitar al Comité Cetral la disolución de la misma. El escrito correspondiente debería publicarse en la prensa. Pero la censura lo prohibió."

"A lo largo de mi vida he conocido muy pocos escritores alemanes que no estuvieran trabajando en una novela."

"De las ocurrencias más originales resultan casi siempre libros espantosos; y ciertos temas de apariencia absurda pueden conducir a novelas magníficas."

"El equipaje que me había atrevido a llevar consistía en una maleta de tamaño mediano con ropa, una cartera bastante pesada con papeles varios, algunos libros y una vieja máquina de escribir plegable."

"Sólo yo sé quién es miembro, pero no se lo digo a nadie."

"Le interesaban y desconcertaban los alcohólicos, las personas dependientes de las pastillas, los drogadictos, los neuróticos, los depresivos, los melancólicos, además de los homosexuales, las lesbianas y los impotentes."

"Bernhard era uno de esos escritores nada escasos que crean literatura -y además maravillosa-, pero no se interesan especialmente por ella."

"Sentía y sabía incomparablemente más de lo que era capaz de expresar con palabras."

"Se queja de no poder seguir escribiendo porque a cada frase se obligado a pensar cómo juzgaré el libro."

"Estaba bendecido con un talento singular, pero, al mismo tiempo, padecía una nefasta falta de voluntad, una tendencia a la apatía y al adormecimiento difícil de combatir."

Marcel REICH-RANICKI, Mi vida, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000.

jueves, 5 de mayo de 2011

MANDEVILLE: Existe otra isla donde impera la siguiente costumbre...

Existe allí otra isla que es muy bonita, buena, grande y está densamente poblada, donde impera la siguiente costumbre. En la primera noche de bodas, la novia yace con otro hombre para que le quite la virginidad, servicio que se retribuye bien y se agradece mucho. Hay determinados hombres en cada ciudad que no sirven más que para eso; se les llama cadeberiz, que quiere decir "los locos de la vana esperanza". Las gentes de este país consideran que el desvirgar a una mujer es una cosa muy peligrosa, pues creen que la vida de quien lo hace corre peligro. Si el marido descubre que su mujer sigue siendo virgen la noche siguiente de haber yacido con el hombre designado para tal fin, quizá por embriaguez del individuo o por alguna otra causa, entonces acusará a dicho individuo de no haber cumplido con su tarea, y le reprenderá de una forma tan cruel, como si el delito hubiese sido intentar matarlo. Pero, después de esa primera noche en que las mujeres han sido desvirgadas por otro, se conducen con mucho recato y no osan hablar con hombre alguno. Les pregunté la razón por la que mantenían esa costumbre, y me dijeron que antiguamente algunos hombres habían muerto por desvirgar a doncellas que tenían dentro de su cuerpo serpientes, que picaban sus penes, provocándoles una muerte instantánea. Por eso, por temor a morir, mantienen la costumbre de que sean unos hombres determinados los que desvirguen a sus esposas. Prefieren que sea otro el que primero experimente el recorrido, evitando así correr riesgos.

Los viajes de Sir John Mandeville, Cátedra, Madrid, 2001.

miércoles, 4 de mayo de 2011

KADARÉ: Los tambores de la lluvia

"Al llamado del padichá, amo del universo, a quien los hombres y los djinns deben obediencia absoluta, numerosos harenes fueron abandonados y los leones se pusieron en marcha hacia el país de los Shgipetars."

"Una fina lluvia empezó a caer. Luego, apenas caídas las primeras gotas, en algún punto distante, hacia el centro del campamento, los tambores de la lluvia comenzaron a sonar tristemente."

"Él se negó a estar a más de seiscientos pasos. Algunos años atrás, cuando todavía era joven y tenía un rango menos elevado, había dormido muchas veces a menos de cincuenta pasos de las murallas, casi al pie de ellas. Pero, con el correr del tiempo, al irse acumulando las campañas y los asedios, a medida que él mismo era promovido y el color de su tienda iba cambiando, había aumentado también la distancia que la separaba del lugar de los combates."

"Su carrera había llegado a un punto en que cualquier estabilidad resultaba imposible: debía, o bien elevarse a la cima de los honores, o bien derrumbarse para siempre."

"Una auténtica crónica de guerra, que huela a pez y a sangre, y no historias imaginarias de aquellas que componen, al amor de la lumbre, muchos que jamás han visto un combate."

"Sentíase feliz de tener amigos de alto rango, pero también sabía que, en la vida, uno ansía tener otros, tal vez menos eminentes, pero con los cuales es posible volcar su alma sin traba alguna."

"Precisamente espero escribir en mi crónica que soportan tan mal el menor asomo de dominación que, como tigres, se enfurecen con las nubes que pasan por sobre sus cabezas y dan saltos para desgarrarlas."

"Los que han visitado sus dominios dicen que las mujeres son allí muy escasas, que no se las ve casi nunca. ¿Quién los da a luz entonces? ¿La estepa?"

"A la vista del cielo despejado y de un azul profundo, que el ardiente sol tenía bajo sus dominios, le invadía a veces la sensación de que la lluvia había desaparecido para siempre de la faz de la tierra. Y sin embargo, sabía muy bien que en aquel momento, mientras aquí se ahogaban de calor, en otras latitudes y países caía tranquila y regular, deprimente como la muerte. De momento estaba lejos, pero bastaba poco tiempo para que las pérfidas nubes la trajesen y sus odiosas gotas vinieran a inundarlo todo."

"Y entretanto, sus primeros hijos habrán nacido en medio de la guerra. Y lo peor de todo es que se familiarizarán con la muerte. Se acostumbrarán a ella como a un animal domesticado, al que ya no se teme."

"La golpeaban sin piedad, le prendían fuego, la carbonizaban, le cercenaban cientos de brazos y piernas, pero la masa reanudaba el asalto, resbalándose en su propia sangre, aferrándose a las piedras con uñas y dientes, empujando centenares de nuevos pies y nuevas manos que sólo trataban de trepar y trepar."

"Lejos, desde algún lugar situado en las profundidades del campamento, los tambores redoblaban. Escuchó un suave ruido en las paredes oblicuas de la tienda y, de pronto, todo se le aclaró irremediablemente: estaba lloviendo."

Ismaïl KADARÉ, Los tambores de la lluvia, Ediciones Destino, Barcelona, 1974.

martes, 3 de mayo de 2011

DUQUE DE ESTRADA: Los pies de una princesa

Aquí llegó mi favor o fortuna a descalzar a la Princesa, porque llevando una bota de cordobán muy sutil, corriendo una liebre con sus damas, se hizo mal en un pie. Madama de Esternemberg y Peci Raquel pasaron adelante y la Princesa quedó, mandándome la apease. Hícelo, y ella, con el dolor, llegó su cara a la mía; bajéla en tierra y, ligando los caballos, la descalcé, y mirandola el pie a donde estaba la pequeña señal, puse un poco de saliva encima, que otro bálsamo no tenía. Riolo mucho, aunque tenía dolor; yo le dije que era bueno, y que con la lengua se había visto sanar llagas (como es verdad). Tuvo el pie un poco en fresco y mandome la calzase. Hícelo, besándola el pie primero. Dijome: "Yo os agradezco el favor; pero si supieran esto Esternemberg y Raquel, pendencia teníamos".

Diego DUQUE DE ESTRADA, Memorias, Ediciones Espuela de Plata, 2006, Sevilla.

lunes, 2 de mayo de 2011

PIETRZKIEWICZ: Pena capital

Sospechaba que el tribunal supremo tenía preparado el fallo desde antes del juicio. Resignado, Dobrowolski esperaba que todo acabara pronto. El escándalo había sido mayúsculo: la noticia saltó, en unos pocos días, de los periódicos provinciales a los nacionales. Los inculpados habían sido llevados de un tribunal a otro, como en una procesión; hubieran deseado estar en otro planeta. Los inculpados, todos ellos de la sección de mantenimiento, se enfrentaban a diversas condenas, pero la fiscalía sólo pedía la pena capital para Dobrowolski. Su abogado le dijo que nada se podía hacer, que las pruebas eran irrefutables, que, en cualquier caso, era necesario que alguien asumiera la responsabilidad. Los testigos le acabaron convenciendo de que era culpable. En el juicio se distraía dibujando un pájaro en la hoja que le habían entregado para tomar notas. Cuando el severo juez decano leyó la sentencia, se sintió aliviado.

Andrzej NOWAK (ed.), Pequeña Polonia, El Olivo, Jaén, 2011.

domingo, 1 de mayo de 2011

MANDEVILLE: A menos que la misericordia de Dios sobrepase su justicia

En el Monte Tabor, el día del Juicio Final cuatro ángeles harán sonar sus cuatro trompetas y resucitarán de la muerte a la vida todos los hombres que hayan muerto desde la creación del mundo, quienes en cuerpo y alma vendrán ante Dios para ser juzgados en el Valle de Josafat. Será el día de Pascua, a la hora en que resucitó Nuestro Señor. El Juicio Final empezará a la misma hora en que Nuestro Señor descendió al infierno y lo exterminó. A esa misma hora aniquilará el mundo y hará conducir a sus elegidos a la gloria y condenará a los demás a las penas perpetuas. Será entonces cuando cada cual tendrá su merecido, bueno o malo, a menos que la misericordia de Dios sobrepase su justicia.

Los viajes de Sir John Mandeville, Cátedra, Madrid, 2001.