Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

miércoles, 1 de diciembre de 2010

MAILER: La canción del verdugo

"Después de tantos años en la cárcel, sentíase más víctima que malhechor. Eso aparte, no negaba haber violado la ley con frecuencia. Nunca pretendió pasar ante ella por el buen chico que jamás ha roto un plato."
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"Yo era muy solitario. En cuanto podía, hacía que me metiesen en el calabozo: sólo para que me dejaran en paz."
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"Se traía el almuerzo en una bolsa de papel y, al menos durante los primeros días, se lo comía a solas, en un rincón, sentando en alguna esquina, sin más compañía que sus pensamientos. Nadie sabía en que podía estar pensando."
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"Y aquella noche, encontrándose casualmente en el establo , descubrió, a través de las tablas de una cerca, que su marido se estaba haciendo succionar por una vaca."
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"No encontraba en él defectos que no fuesen de rápida enmienda."
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"Mis abogados trabajan para la misma gente que va a condenarme."
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"Era adaptable. Sabía congeniar con la gente a base de recurrir a rasgos comunes."
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"Tengo la casi seguridad de que en ningún momento sospecharon que iban a morir."
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"Me interné en una ladera, una pendiente de tal vez quince metros de alto, de los que crecen en esa zona tan agreste y boscosa del sudeste de Portland. Lo que creí un atajo era, en realidad, un paraje intransitable. Y, aunque en cierto momento pude haber dado la vuelta, decidí seguir adelante, y abrirme paso me llevó tres horas. Durante todo ese tiempo no me paré ni una sola vez a descansar; seguí marchando. Sabía que si me paraba, acabaría por salir de allí. De manera que continué avanzando. Se había convertido en algo personal. Aquello me hizo cambiar mi actitud respecto a muchas cosas."
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"Hay tipos que tienen suerte desde que nacen hasta que mueren; por más feos que sean los asuntos en que se meten, pronto vuelven a estar de pie. Pero otros son desafortunados. Meten la pata una vez y la pauta que sigue su vida les empuja a pagarlo con largas condenas."

Norman MAILER, La canción del verdugo, Anagrama, Barcelona, 1995.