Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

martes, 27 de abril de 2010

HARRIS: El silencio de los corderos

“Vio el vacío frigorífico, las migas de la bandeja de la cena que acababa de ingerir a solas frente al televisor, los inmóviles montones que formaban sus cosas durante meses hasta que un día se decidía a ordenarlas; percibió el dolor de aquella sonrisa amarillenta tras la cual se ocultaba una vida de soledad.”
***
“Se quedó contemplando a un palomo que se paseaba entre las caravanas. Apresó con el pico una cáscara de cacahuete y la soltó. El viento húmedo le encrespaba las plumas.”
***
“¿No nota usted cada día ojos que le recorren por entero?”
***
“El revólver del 38 atronó en algún piso de arriba; los disparos levantaron ecos al bajar por toda la escalera: dos tiros seguidos y después un tercero.”

Thomas HARRIS, El silencio de los corderos

miércoles, 21 de abril de 2010

GRISHAM: Carta de Al Konyers

"Me llamo Al Konyers. Me gustan el jazz y las películas antiguas y me gusta leer biografías. No fumo y no me gustan las personas que lo hacen.
Para mí la diversión consiste en una cena a base de comida china para llevar, un poco de vino y disfrutar de una película del Oeste en blanco y negro."

John GRISHAM, La hermandad, Ediciones B, Barcelona, 2000

HARRIS: Psicosis windigo

"Hay muchos casos comprobados del asesinato de gente de quien se decía que eran windigos por parte de sus alarmados compañeros de campamento. Una y otra vez los asesinos de windigos citan pruebas que justifican sus homicidios: las víctimas les miraban extrañamente, se agitaban o murmuraban en sueños, la saliva les goteaba de la boca o intentaban atacar o morder a sus compañeros."

Marvin HARRIS, Introducción a la antropología general, Alianza, Madrid, 1998

lunes, 19 de abril de 2010

Arcipreste de Hita

"Por lo perdido non estés/ mano en mexilla."

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, Libro de Buen Amor.

CANETTI: Stendhal


"Stendhal ha llegado a ser tan importante para mí que cada cinco o seis meses tengo que volver a él. No importa en absoluto de qué obra se trate. A veces leo veinte o treinta páginas suyas y pienso que viviré eternamente."
***
"Stendhal nunca fue mi Biblia, pero ha sido, entre los escritores, mi hombre redentor. Le debo mucho más que a todos los que me han influido. Sin Cervantes, Gogol, Dostotyevski y Büchner no sería yo nada: un espíritu sin fuego ni aristas. Pero sólo he podido vivir porque existe Stendhal. Él es mi justificación y mi amor por la vida."

Elias CANETTI, Hampstead, Anaya & Mario Muchnik, Madrid, 1996

viernes, 16 de abril de 2010

McCARTHY

"La gente se lamenta de las cosas malas que le pasan y que no merece, pero raramente menciona las cosas buenas."

Cormac McCARTHY, No es país para viejos, Debolsillo, Barcelona, 2008.

jueves, 15 de abril de 2010

BUKOWSKI

“Me subí a mi coche, arranqué y me metí entre el tráfico. Eran alrededor de las diez de la noche. La luna estaba alta y mi vida iba lentamente hacia ningún lado.”
***
“Tenemos que comer y comer y volver a comer. Somos asquerosos, condenados a nuestros pequeños y sucios hábitos. Comer y tirarse pedos y rascarse y sonreír y marcharse de vacaciones.”
***
“Y, como iba diciendo, a la mañana siguiente volvía a estar en mi oficina. Me sentía totalmente inútil. Era un inútil. Había miles de millones de mujeres por ahí fuera y ninguna emprendía el camino de mi puerta. ¿Por qué? Porque era un perdedor. Era un detective incapaz de resolver nada.”
***
“Cogí las escaleras mecánicas para subir. El tipo que iba detrás tropezó y rozó el bolsillo de atrás del pantalón. Yo siempre llevó la cartera en el bolsillo delantero izquierdo. Uno aprende, uno aprende. Después de cierto punto.”
***
“Esa noche no pude dormir. Bebí cerveza, bebí vino, bebí vodka. Todo inútil. No había resuelto nada. Todos mis casos seguían en punto muerto. Ya me dijo mi padre que sería un fracaso. Él también fue un fracasado. Mala simiente.”
***
“Yo seguía allí sentado en la cama, incapaz de moverme, con el vaso a dos centímetros de los labios. Seguí sentado esperando. Tenía tiempo para meditar sobre mi carrera. No había mucho que meditar. Tal vez me había equivocado de profesión. Pero era demasiado tarde para empezar cualquier otra cosa.”
***
“El juego me había agotado. Me había quedado sin pilas. La existencia no sólo era absurda, era un trabajo duro y nada más. Piensen en la cantidad de veces que uno se pone la ropa interior durante toda una vida. Era horrible, desagradable; era estúpido.”
***
“Estaba estupenda. Me di perfecta cuenta de dónde residía el problema de Grovers. ¿Qué importaba que fuese una extraterrestre? Estaba tan buena que lo que uno habría querido era que hubiese más de ésas por ahí.”
***
“La camarera vino hacia mí. Llevaba una minifalda, tacones altos, una blusa transparente y un sostén bien relleno. Todo le estaba demasiado pequeño: su uniforme, el mundo, su cerebro.”
***
“Considerándolo todo, había hecho bastante más de lo que me había propuesto hacer durante toda mi vida. Había conseguido algunas jugadas bastante buenas. No estaba durmiendo en la calle. Por supuesto que había montones de gente buena durmiendo en la calle. Y no eran idiotas, sólo que no encajaban dentro de la maquinaria necesaria en ese momento. Y esas necesidades cambiaban continuamente.”
***
“Esperé a que fuese de noche, fui hasta allí en coche y aparqué fuera. Un barrio bonito. Definición de barrio bonito: lugar en el que uno no puede permitirse vivir.”
***
“Le clavé la rodilla en la ingle. No pasó nada. Era un monstruo. Tendría los órganos sexuales en algún otro lugar, tal vez más arriba, debajo del sobaco.”
***
“No encendí la tele, sabía que cuando nos sentimos mal esa hija de puta hace que nos sintamos peor. No era más que una cara insulsa tras otra, era interminable. Una procesión interminable de idiotas.”
***
“Así que allí estaba yo, de vuelta a mi oficina al día siguiente. Me sentía insatisfecho y, francamente, bastante jodido por todo. No estaba yendo a ninguna parte. Ni tampoco el resto del mundo. Estábamos haciendo tiempo, esperando morir. Y mientras tanto hacíamos bobadas para llenar el vacío. Algunos ni siquiera hacíamos bobadas. Éramos vegetales. Yo era uno de ésos.”
***
“Cogió su copa y se sentó a mi lado. Llevaba demasiado perfume y siete capas de barra de labios.”
***
“Penny colgó. Me sentí fatal, como si alguien me hubiera untado todo con mierda por encima. Vacié la copa y me puse otra. Entonces llamaron a la puerta. Abrí. Allí estaba Penny. Con cinco años más y quince kilos más gorda. Me dirigió una sonrisa espantosa.”
***
“No tienen ustedes ni idea de lo rápido que pueden pasar 25 días cuando uno no quiere que pasen.”


Charles BUKOWSKI, Pulp, Anagrama, Barcelona, 1994

miércoles, 14 de abril de 2010

WELLINGTON: Al otro lado de la colina

“Todo este asunto de la guerra, y por supuesto de la vida, es un empeño para descubrir lo que no sabes a través de lo que haces; es lo que llamo adivinar lo que hay al otro lado de la colina.”

HOSSEINI

“Nothing was free in this world. Maybe he was the price I had to pay, the lamb I had to slay.”

Khaled HOSSEINI, The Kite Runner, Bloomsbury, London 2003

lunes, 12 de abril de 2010

HÖSS


“¡No quiero oír ni una palabra sobre las dificultades! Un oficial de las SS reconoce su existencia; y, cuando surgen, su tarea consiste en eliminarlas con su propio esfuerzo. ¡Cómo hacerlo es su problema, no el mío!”
***
“Glücks poseía un irreprimible sentido del humor renano y veía el lado cómico de todo. Hacía que los asuntos más graves parecieran graciosos, se reía de ellos, los olvidaba y no tomaba ninguna decisión al respecto. Era imposible enfadarse con él: Glücks era así.”

Rudolf Höss, Yo, comandante de Auschwitz, Ediciones B, Barcelona, 2008.

MAUPASSANT

"Es una sandez tener que estar contento, un día determinado, por decreto del gobierno."
***
"Había aceptado esa profesión sin reservas, lo mismo que si se hubiera hecho modista o sirviente."
***
"Cada uno de nosotros esconde bajo los rasgos humanos, un tipo de animal, como la herencia de una raza primitiva."
***
"Resentido como están los terceros en asuntos amorosos."
***
"Resignándose tanto a los hombres como a las circunstancias."
***
"Yo marchaba, despierto en pleno sueño."
***
"Puesto que está admitido, en nuestra sociedad, que el amor debe pagarse, con dinero cuando es pobre, con regalos cuando es rica."
***
"Un sacerdote muy joven y ya gordo."
***
"Olía a vicio como un macho cabrío huele a bestialidad."
***
"Se despertaba esa alegría que la presencia de una mujer infunde siempre en la sangre francesa.
Cuatro o cinco detonaciones separadas partieron todavía, y después otra, totalmente sola, la última."
***
"Dos dientes perdidos una noche de juerga, sin que él recordará con exactitud cómo, lo obligaban a escupir palabras pastosas que no siempre se entendían."
***
"Violento como un arma de fuego."
***
"En cuanto las copas estaban vacías, las llenaban con un gesto de resignada lasitud."
***
"Un disparo retrasado partió solo, después de los otros."
***
"Ascendido a sablazos."
***
"¿Tenía un alma, un pensamiento, una conciencia clara de su vida? Nadie se lo preguntaba."
***
"Sus parientes fingieron averiguar y buscarlo durante ocho días. E incluso lloraron."
***
"En parte triste, en parte soñador, impregnado de una filosofía melancólica. No me gustaban los cafés ruidosos, los camaradas gritones, ni las chicas estúpidas."
***
"A veces dejaba caer el libro sobre mis rodillas, para escuchar como París vivía a mi alrededor."

sábado, 10 de abril de 2010

MONZÓ: El cuento

A media tarde, el hombre se sienta ante su escritorio, coge una hoja de papel en blanco, la pone en la máquina y comienza a escribir. La frase inicial le sale enseguida. La segunda también. Entre la segunda y la tercera hay unos segundos de duda.

Llena una página, saca la hoja del carro de la máquina y la deja a un lado, con la cara en blanco hacia arriba. A esta primera hoja agrega otra, y luego otra. De vez en cuando relee lo que ha escrito, tacha palabras, cambia el orden de otras dentro de las frases, elimina párrafos, tira hojas enteras a la papelera. De golpe retira la máquina, coge la pila de hojas escritas, la vuelve del derecho y con un bolígrafo tacha, cambia, añade, suprime. Coloca la pila de hojas corregidas a la derecha, vuelve a acercarse a la máquina y reescribe la historia de principio a fin. Una vez ha acabado, vuelve a corregirla a mano y a reescribirla a máquina. Ya entrada la noche la relee por enésima vez. Es un cuento. Le gusta mucho. Tanto, que llora de alegría. Es feliz. Tal vez sea el mejor cuento que ha escrito nunca. Le parece casi perfecto. Casi, porque le falta el título. Cuando encuentre el título adecuado será un cuento inmejorable. Medita qué título ponerle. Se le ocurre uno. Lo escribe en una hoja a ver qué le parece. No acaba de funcionar. Bien mirado, no funciona en absoluto. Lo tacha. Piensa otro. Cuando lo relee también lo tacha.

Todos los títulos que se le ocurren le destrozan el cuento: o so obvios o hacen caer la historia en un surrealismo que rompe la sencillez. O bien son insensateces que lo echan a perder. Por un momento piensa en ponerle Sin título, pero eso lo estropea todavía más. Piensa en la posibilidad de realmente no ponerle título, y dejar en blanco el espacio que se le reserva. Pero esta solución es la peor de todas: tal vez haya un cuento que no necesite título, pero no es éste; éste necesita uno muy preciso: el título que de cuento casi perfecto, lo convertiría en un cuento perfecto por completo; el mejor que haya escrito nunca.

Al amanecer se da por vencido: no hay ningún título suficientemente perfecto para ese cuento tan perfecto que ningún título es lo bastante bueno para él, lo que impide que sea perfecto del todo. Resignado (y sabiendo que no puede hacer otra cosa), decide titularlo El cuento.


Quim MONZÓ, El porqué de las cosas, Anagrama, Barcelona, 1994.

BORGES


“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.”

BORGES


“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído.”