Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

martes, 1 de diciembre de 2015

Libros de noviembre

 
  • Reflexiones del señor Z.
  • Diario póstumo
  • La Oveja Negra y demás fábulas
  • La aventura de los romanos en Hispania
  • Los conjurados
  • La mano de la hormiga
  • Treblinka
  • Cuentos breves y extraordinarios
  • Para matar el recuerdo
  • Historia universal de la infamia
  • Bartleby y compañía
  • Casa de geishas
  • El reino de los zombis
  • Poemínimos
  • Plata quemada
  • Cuentos de la oficina
  • La sueñera
  • En ocasiones veo pelis
  • La tierra de Canaán
  • Rafael Azcona: atrapados por la vida
  • Cuentos no premiados
  • La otra mirada
  • Figuras de la historia de Roma
  • El hombre en busca de sentido
  • El camino de San Giovanni
  • Culpa
  • Razones para la rebeldía
  • Las cosas que llevaban
  • Historia de los reyes de Britannia
  • El cuaderno rojo
  • Poemas de la oficina
  • La guerra del fuego
  • El negro artificial
  • La vida de los piratas
  • Crímenes ejemplares
 

 

lunes, 2 de noviembre de 2015

Libros de octubre



  • Diario del Che en Bolivia
  • La memoria de Shakespeare
  • Soplando vidrio
  • Fenómenos de circo
  • El buitre
  • Antología del microrrelato español (1906-2011)
  • Malos y malditos
  • Crímenes
  • La formación de Inglaterra
  • Conversaciones con Günter Grass
  • Hombre
  • Voces de Chernóbil
  • Temporada de fantasmas
  • Los mejores relatos de terror llevados al cine
  • Psicokillers
  • Delirios de imaginantes
  • Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock
  • Barba Azul (A.N.)
  • Botánica del caos
  • Lapidarium IV
  • Barba Azul (C.P)
  • Los hechos
  • Economía sin corbata
  • Yo, Felipe II
  • Cuentos de un minuto
  • Casa de geishas
  • La sueñera
  • Conversaciones con Fellini
  • La conjuración de Catilina
  • Dos veces cuento. Antología de microrrelatos
  • Dos minutos: microrrelatos
  • Confesión de un anónimo ruso

lunes, 5 de octubre de 2015

S.T.T.T. Henning Mankell


Al despertarse tiene la certeza de que ha olvidado algo. Algo que ha soñado durante la noche. Algo que debe recordar. Lo intenta. Pero el sueño parece un agujero negro. Un pozo que no revela nada de su contenido.

«Al menos no he soñado con los toros», piensa. «De haberlo hecho, estaría empapado como si hubiera sudado de fiebre durante la noche. Esta noche los toros me han dejado en paz».

Permanece quieto en la cama, a oscuras, escuchando. La respiración de su esposa es tan débil que casi resulta imperceptible.

«Cualquier mañana yacerá muerta a mi lado, sin que yo me haya dado cuenta», piensa. «O yo. Uno de los dos morirá antes que el otro. Cualquier amanecer supondrá que uno de los dos se ha quedado solo».

Henning MANKELL, Asesinos sin rostro, Tusquets, Barcelona,  2001.

jueves, 1 de octubre de 2015

Libros de septiembre


  • El gato de Cheshire
  • H.P. Lovecraft
  • Por favor, sea breve
  • Sin destino
  • Peroratas
  • Viaje al Imperio de Marruecos
  • La Virgen de los sicarios
  • El mundo de hoy
  • Vale la pena luchar
  • Mis chistes, mi filosofía
  • Dossier K.
  • Cuentos breves y extraordinarios
  • La famosa invasión de Sicilia por los osos
  • Falsificaciones
  • Cuadernos norteamericanos
  • Factótum
  • Todo lo que era sólido
  • Diarios 1984-1989
  • Vidas para leerlas
  • Los lagartos terribles y otros ensayos
  • No es país para viejos
  • Cosas raras que se oyen en las librerías
  • Después de Troya
  • Máximas, pensamientos, caracteres y anécdotas
  • Shakespeare nunca lo hizo
  • La otra mirada
  • George A. Romero: Interviews
  • El último cuaderno
  • Curiosidades y anécdotas de la historia universal
  • El hobbit. Etimología de una historia
  • La metamorfosis
  • Breve historia de Gengis Kan
  • Poemínimos
  • La mano de la hormiga

sábado, 5 de septiembre de 2015

SARAMAGO: Lecturas

En primer lugar coloqué a Camões porque, como escribí en El año de la muerte de Ricardo Reis, todos los caminos portugueses nos llevan a él. Seguían después el Padre Antonio Vieira, porque la lengua portuguesa nunca fue más bella que cuando la escribió ese jesuita; Cervantes, porque sin el autor del Quijote la Península Ibérica sería una casa sin tejado; Montaigne, porque no necesitó de Freud para saber quién era; Voltaire, porque perdió las ilusiones sobre la humanidad y sobrevivió al disgusto; Raúl Brandão, porque no es necesario ser un genio para escribir un libro genial, Húmus; Fernando Pessoa, porque la puerta por donde se llega a él es la puerta por donde se llega a Portugal (ya teníamos a Camões, pero todavía nos faltaba un Pessoa); Kafka, porque demostró que el hombre es un coleóptero; Eça de Queiroz, porque enseñó la ironía a los portugueses; Jorge Luis Borges, porque inventó la literatura virtual, y, finalmente, Gogol, porque contempló la vida humana y la encontró triste.

José SARAMAGO, El último cuaderno, Santillana, Madrid, 2011.

martes, 1 de septiembre de 2015

Libros de agosto

 
  • Burdeos, 1972
  • ¡Qué políticos tan divertidos!
  • La última respuesta
  • Breve historia de los samuráis
  • Desafiando a Hitler
  • Las pequeñas memorias
  • Mahoma
  • La última pregunta
  • 1491. Una nueva historia de las Américas
  • La lotería
  • El padecimiento continuo
  • Apuntes 1991-1992
  • Tartessos y otros enigmas de la historia
  • El porqué de las cosas
  • La extraña
  • El busto del emperador
  • El vizconde demediado
  • Antes de la prehistoria
  • Meditaciones
  • Ahmed y las máquinas del olvido
  • Breve historia de los gladiadores
  • Hacia rutas salvajes
  • Hank
  • El padecimiento continuo
  • El ruido de un trueno
  • En brazos de la mujer madura
  • 99 fábulas fantásticas
  • Zen en el arte de escribir
  • Ardenas 1944
  • Poemínimos
  • Breve historia de Atila y los hunos
  • Antología del microrrelato español (1906-2011)
  • La mano de la hormiga

lunes, 31 de agosto de 2015

S.T.T.L. Wes Craven


S.T.T.L. Oliver Sacks

Veía perfectamente, pero ¿qué veía? Abrí un ejemplar de la revista National Geographic y le pedí que me describiese unas fotos.

Las respuestas fueron muy curiosas. Los ojos iban de una cosa a otra, captando pequeños detalles, rasgos aislados, haciendo lo mismo que habían hecho con mi rostro. Una claridad chocante, un color, una forma captaban su atención y provocaban comentarios… pero no percibió en ningún caso la escena en su conjunto. No era capaz de ver la totalidad, sólo veía detalles, que localizaba como señales en una pantalla de radar. Nunca establecía relación con la imagen como un todo… nunca abordaba, digamos, su fisonomía. Le era imposible captar un paisaje, una escena.

Le enseñé la portada de la revista, una extensión ininterrumpida de dunas del Sahara.

—¿Qué ve usted aquí? —le pregunté.

—Veo un río —dijo—. Y un parador pequeño con la terraza que da al río. Hay gente cenando en la terraza. Veo unas cuantas sombrillas de colores.

Oliver SACKS, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero.

viernes, 28 de agosto de 2015

SARAMAGO: La mazorca

Soy yo el único que puede recordar aquella soberbia sandía de cáscara verde que comimos a la orilla del Tajo, el melonar dentro del propio río, en una de aquellas lenguas de tierra arenosa, a veces extensas, que el verano dejaba al descubierto con la disminución del caudal. Soy yo el único que puede recordar el crujir de la navaja, las tajadas rojas con las pepitas negras, el castillo (en otros sitios se le llama corazón) que se iba formando en el medio con los sucesivos cortes (la navaja no alcanzaba el eje longitudinal del fruto), el zumo que nos escurría garganta abajo, hasta el pecho. Y también soy yo el único que puede recordar aquella vez en que fui desleal con José Dinís. Andábamos con la tía María Elvira en la rebusca del maíz, cada cual en su carril, con un saco colgado al cuello, recogiendo las mazorcas que por desatención hubieran quedado en los tallos cuando la cosecha general, y he aquí que veo una mazorca enorme en el carril de José Dinís y me callo para ver si él pasaba sin darse cuenta. Cuando, víctima de su pequeña estatura, pasó de largo, fui yo y la arranqué. La furia del pobre expoliado era digna de verse, pero la tía María Elvira y otros mayores que estaban cerca me dieron la razón, que él la hubiera visto, yo no se la había quitado. Estaban equivocados. Si yo hubiera sido generoso le habría dado la mazorca o le hubiera dicho, simplemente: «José Dinís, mira lo que tienes ahí enfrente». La culpa fue de la constante rivalidad en la que vivíamos, pero yo sospecho que en el día del juicio final, cuando se pongan en la balanza mis buenas y malas acciones, será el peso de aquella mazorca lo que me precipitará en el infierno.

José SARAMAGO, Las pequeñas memorias, Alfaguara, Madrid, 2007.

miércoles, 5 de agosto de 2015

BRADBURY: Fracasar es rendirse


Fracasar es rendirse. Pero uno está en medio de un proceso móvil. Entonces no hay nada que fracase. Todo continúa. Se ha hecho el trabajo. Si está bien, uno aprende. Si está mal, aprende todavía más. El único fracaso es detenerse. No trabajar es apagarse, endurecerse, ponerse nervioso; no trabajar daña el proceso creativo.

Ray BRADBURY, Zen en el arte de escribir, Minotauro, Barcelona, 1995.

martes, 4 de agosto de 2015

MÁRAI: Él cometía delitos a diario

 

Kosztolányi sabía eso. Que sólo es posible escribir en trance, pero que al mismo tiempo es necesario ser absolutamente consciente del proceso y tener la lógica del matemático cuando resuelve una ecuación de segundo grado. Decía que, al dar vida a una obra maestra, es necesario actuar como cuando se comete un delito. Él cometía delitos —importantes o insignificantes— a diario. Los cometía con rapidez porque no solamente estaba salvando la nación, sino que también vivía con inmediatez, día a día, de lo que ganaba con su escritura, para mantener a su familia y ayudar a sus amigos y a sus amantes. Al mismo tiempo era consciente de que la profesión que practicaba es una empresa similar a la de alguien que transmite sus ideas con la ayuda de frecuencias, de ondas, en lugar de con palabras. Sabía que al publicar en un periódico tenía que escribir de distintas maneras a la vez, como había afirmado San Pablo en su Epístola a los Corintios: "Cantaré con el espíritu pero también con la mente". Cuando alguien "canta con el espíritu", es poesía; cuando alguien "canta con la mente", es prosa, con la fuerza de atracción de un imán muy poderoso. Él cantaba al mismo tiempo con el espíritu y con la mente. Y cantaba allegro vivace porque le urgían los honorarios.

Sándor MÁRAI, ¡Tierra, tierra!, Salamandra, Barcelona, 2006.

domingo, 2 de agosto de 2015

ROTH: Cojo frases y les doy vueltas

 

Cojo frases y les doy vueltas. Eso es mi vida. Escribo una frase y le doy una vuelta. Luego la miro y le doy otra vuelta. Luego como algo. Luego vuelvo y escribo otra frase. Luego tomo el té y le doy una vuelta a la nueva frase. Luego vuelvo a leer ambas frases y sigo dándoles vueltas. Luego me echo en el sofá y pienso un poco. Luego me levanto, lo tiro todo a la papelera y empiezo desde el principio. Y si me desentiendo de esa rutina durante más de veinticuatro horas, me pongo frenético de aburrimiento, por la sensación de estar desperdiciando el tiempo.

Philip ROTH, La visita al maestro, Arcos Vergara, Barcelona, 1980.

sábado, 1 de agosto de 2015

Libros de julio

 

  • La visita del maestro
  • El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco
  • Diario íntimo (C.B.)
  • Short Cuts
  • Descanso de caminantes
  • ¡Tierra, tierra!
  • Budapest
  • Historia de la columna infame
  • Cartas a Lord Alfred Douglas
  • El Príncipe Feliz y otros cuentos
  • Conversaciones con Borges
  • Por favor, sea breve
  • Poemínimos
  • Las guerras de Israel
  • Ojos de aguja. Antología de microrrelatos
  • Estilo rico, estilo pobre
  • Leer y escribir
  • Dos veces cuento. Antología de microrrelatos
  • Novelas en tres líneas
  • 101 cuentos clásicos de China
  • Rincón de haikus
  • Vidas imaginarias
  • La cruzada de los niños
  • Madrigales de la pensión
  • El microrrelato español. Una estética de la elipsis
  • El padecimiento continuo
  • La otra mirada
  • Breve historia de Francisco Pizarro
  • Otoño romano
  • El límite de la palabra
  • Por favor, sea breve 2
  • El cine negro en 100 películas
  • Por favor, sea breve
  • Después de Troya

domingo, 19 de julio de 2015

NAIPAUL: Cómo me llegó la voz

Estaba casi indigente —tal vez tenía seis libras— cuando me fui a Londres para instalarme como escritor. Durante cinco meses me dio asilo en un oscuro sótano en Paddington un primo mayor que respetaba mi ambición; él era muy pobre, estudiaba leyes y trabajaba en una fábrica de cigarrillos.

Nada sucedió con mi escritura durante esos cinco meses; nada sucedió durante los cinco meses siguientes. Y luego un día, en la profundidad de mi depresión casi permanente, comencé a ver lo que podría ser mi material: la calle urbana de cuya vida mixta nos habíamos mantenido alejados, y la vida rural anterior, con los modos y maneras de una India recordada. Parecía fácil y obvio cuando lo encontré; pero me había tardado cuatro años en verlo. Casi al mismo tiempo me llegó el lenguaje, el tono, la voz para ese material. Era como si voz y asunto y forma fuesen partes uno de otro.

Una parte de la voz era la de mi padre, de sus relatos de la vida rural de nuestra comunidad. Parte era del anónimo Lazarillo, de la España de mediados del siglo XVI. La voz mixta funcionaba. No era totalmente mía cuando me llegó, pero no me sentía incómodo con ella. De hecho, era la voz de escritura que me había esforzado en encontrar. Pronto me fue familiar, era la voz que estaba en mi mente.

V.S. NAIPAUL, Leer y escribir, Dos mundos, Debolsillo, Barcelona, 2011.

miércoles, 1 de julio de 2015

Libros de junio


  • Poéticas del microrrelato
  • Ojos de aguja. Antología de microrrelatos
  • Dos veces cuento. Antología de microrrelatos
  • Discursos que inspiraron la historia
  • Concurso de microrrelatos de Tafalla 2012
  • El Aleph
  • Cuentos orientales
  • Concurso de microrrelatos de Tafalla 2013
  • Dos veces cuento. Antología de microrrelatos
  • Atlas
  • Billy Wilder. La romántica amargura de un cínico
  • 100 consejos de una dama de compañía
  • Aforismos en el laberinto
  • Mil soles
  • La oveja negra y demás fábulas
  • Patas arriba
  • La glorieta de los fugitivos
  • Algunas notas sobre algo que no existe
  • Las intenciones del tío Sam
  • Dos veces cuento. Antología de microrrelatos
  • Américo Vespucio. La historia de un error histórico

lunes, 22 de junio de 2015

S.T.T.L. James Salter

Surcamos el río negro, sus bancos lisos como piedras. Ni un barco, ni un bote, ni una mota de blanco. El viento ha roto, agrietado la superficie del agua. Es ancho, interminable este gran estuario. El río es salobre, lívido de frío. Discurre borroso por debajo de nosotros. Las aves marinas que lo sobrevuelan giran y desaparecen. Surcamos velozmente el ancho río, un sueño del pasado. Rebasadas sus aguas profundas, el fondo empalidece la superficie, traspasamos los bajíos, las embarcaciones varadas en la playa para pasar el invierno, los embarcaderos desolados. Y, alados como gaviotas, nos elevamos, viramos, miramos atrás.

James SALTER, Años luz, Ediciones Salamandra, Barcelona, 2014

lunes, 1 de junio de 2015

Libros de mayo

 
  • Curso urgente de política para gente decente
  • Brokeback Mountain
  • Yo soy Espartaco
  • La mano de la hormiga
  • El coronel no tiene quien le escriba
  • Maquiavelo frente a la gran pantalla. Cine y política
  • Antología del microrrelato español (1906-2011)
  • Mujeres (E.G.)
  • El sha o la desmesura del poder
  • Un día más con vida
  • La vida perenne
  • Después de Troya
  • Cuentos breves y extraordinarios
  • Cuando chocan los titanes. Cómo el Ejército Rojo detuvo a Hitler
  • Bestiario (J.J.A.)
  • Shrek
  • Corsarios alemanes en la Segunda Guerra Mundial
  • La ruta de Orellana
  • Los hijos de los días
  • Bestiario de Lovecraft
  • Conversaciones (Emil Cioran)

miércoles, 13 de mayo de 2015

DE LA SIERRA: El adiestramiento y la preparación son imprescindibles absolutamente para todo en esta vida

Los combates no se ganan o se pierden completamente en el momento de la acción, sino bastante antes, en las tediosas horas dedicadas a los ejercicios, prácticas de tiro, maniobras y puesta a punto del material. Porque el adiestramiento y la preparación son imprescindibles absolutamente para todo en esta vida.

Luis DE LA SIERRA, Corsarios alemanes en la Segunda Guerra Mundial, Editorial Juventud, Barcelona, 1985.

sábado, 2 de mayo de 2015

Libros de abril

 
  • Conversaciones
  • Memorias de un francotirador en Stalingrado
  • Ojos de aguja. Antología de microcuentos
  • La Revolución de Octubre. El PSOE contra la República
  • Los presidentes y la diplomacia
  • El tesorero
  • Las máximas de Ptahhotep
  • Dos veces cuento. Antología de microrrelatos
  • El cuaderno de Rosa
  • Razones para vivir
  • Cuentos breves y extraordinarios
  • Aproximación al Quijote
  • Caballo Loco
  • El fin de la Guerra Civil. Los hechos desconocidos
  • Voces
  • Los apuñaladores
  • Vidas imaginarias
  • Falsificaciones
  • La mano de la hormiga
  • La oveja negra y demás fábulas
  • La emancipación de los esclavos de Estados Unidos
  • Diarios (1887-1910)
  • La letra e
  • Prosas apátridas
  • Vida de Lazarillo de Tormes
  • El derecho a delirar
  • El manicomio catalán
  • Sin trama y sin final

lunes, 13 de abril de 2015

S.T.T.L. Eduardo Galeano

 

El siglo veinte, que nació anunciando paz y justicia, murió bañado en sangre y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado.

El siglo veintiuno, que también nació anunciando paz y justicia, está siguiendo los pasos del siglo anterior.

Allá en mi infancia, yo estaba convencido de que a la luna iba a parar todo lo que en la tierra se perdía.

Sin embargo, los astronautas no han encontrado sueños peligrosos, ni promesas traicionadas, ni esperanzas rotas.

Si no están en la luna, ¿dónde están?

¿Será que en la tierra no se perdieron?

¿Será que en la tierra se escondieron?

Eduardo GALEANO, Espejos.

S.T.T.L. Günter Grass


Pues sí: soy huésped de un sanatorio. Mi enfermero me observa, casi no me quita la vista de encima; porque en la puerta hay una mirilla; y el ojo de mi enfermero es de ese color castaño que no puede penetrar en mí, de ojos azules.

Por eso mi enfermero no puede ser mi enemigo. Le he cobrado afecto; cuando entra en mi cuarto, le cuento al mirón de detrás de la puerta anécdotas de mi vida, para que a pesar de la mirilla me vaya conociendo. El buen hombre parece apreciar mis relatos, pues apenas acabo de soltarle algún embuste, él, para darse a su vez a conocer, me muestra su última creación de cordel anudado. Que sea o no un artista, eso es aparte. Pero pienso que una exposición de sus obras encontraría buena acogida en la prensa, y hasta le atraería algún comprador. Anuda los cordeles que recoge y desenreda después de las horas de visita en los cuartos de sus pacientes; hace con ellos unas figuras horripilantes y cartilaginosas, las sumerge luego en yeso, deja que se solidifiquen y las atraviesa con agujas de tejer que clava a unas peanas de madera.

Con frecuencia le tienta la idea de colorear sus obras. Pero yo trato de disuadirlo: le muestro mi cama metálica esmaltada en blanco y lo invito a imaginársela pintarrajeada en varios colores. Horrorizado, se lleva sus manos de enfermero a la cabeza, trata de imprimir a su rostro algo rígido la expresión de todos los pavores reunidos, y abandona sus proyectos colorísticos.

Günter GRASS, El tambor de hojalata.

miércoles, 1 de abril de 2015

Libros de marzo

 
  • El Alcázar de Toledo. Franco hacia la jefatura del Estado
  • La marcha hacia Madrid. Objetivo: Toledo
  • Historia de un despropósito
  • El camino de vuelta
  • Aforismos, visiones y sueños
  • Escribir ficción. Gotham Writers’ Workshop
  • Desde mi cielo
  • Ricky B. Una historia oficialmente imposible
  • La aventura de la reconquista
  • Antología del disparate
  • Califas, guerreros, esclavas, eunucos
  • Palabras que tienen historia
  • Germania
  • La aventura de los godos
  • Carrillo miente
  • El nacimiento de una leyenda africana
  • Pensadores temerarios
  • El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco
  • El arte de la guerra
  • El francotirador

domingo, 1 de marzo de 2015

Libros de febrero

 
  • Gracias por este momento
  • El hombre que cambió China. Sun Yat-Sen
  • Las 100 principales mentiras de Chomsky
  • Aforismos en el laberinto
  • Antología de C.B.
  • Mercado de invierno
  • Monarquía y República: Jaque al Rey
  • La Tierra Media
  • Acoso y derribo de Alfonso XIII
  • El Aleph
  • Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía
  • Las palabras y los mitos
  • ¿Dónde está el sumario de Carrero Blanco?

sábado, 7 de febrero de 2015

CARD: La autoestima del escritor


Los escritores creen simultáneamente estas dos cosas:
- La historia en la que estoy trabajando es la mayor muestra de genio de la historia de la literatura.
- La historia en la que estoy trabajando es una tontería sin valor alguno.

Es bueno que crea en ambas cosas simultáneamente, porque puede apelar a la 1 cuando decida enviar la historia, a la 2 cuando la revise, a la 1 cuando elija adonde remitirla, a la 2 cuando reciba un rechazo (por supuesto, esperaba que no me aceptaran esta cosa), y a la 1 de nuevo cuando vuelva a remitir el manuscrito a su siguiente destino.

Por supuesto, creer en dos hechos contradictorios a la vez se menciona en ocasiones como un síntoma de locura, pero ésa es también una baza del escritor.

Orson Scott CARD, Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía, Alamut Ediciones, Madrid, 2013.

domingo, 1 de febrero de 2015

Libros de enero

 
  • El sabotaje amoroso
  • La guerra interminable
  • Área 81
  • Cristo con un fusil al hombro
  • Blade Runner: lo que Deckard no sabía
  • Ébano
  • Las Mil y Una Noches según Galland
  • Jefe de estación Fallmerayer
  • El rabino que se rindió a Cristo
  • Historias negras del fútbol argentino
  • El otro proceso de Kafka
  • La casta
  • El buitre
  • Las enseñanzas de Ptahhotep
  • Historia universal de la infamia

viernes, 2 de enero de 2015

Libros de diciembre

 
  • Alicia en el país de las maravillas
  • El amor es un pájaro del infierno
  • April in Moscow
  • Germania
  • Escrutaba
  • No es país para viejos
  • Rebelión en la granja
  • El cuaderno rojo
  • El pequeño libro rojo
  • Antología (C.B.)
  • Relato de un náufrago
  • Si quieres, puedes
  • Un médico rural
  • Balzac y la joven costurera china
  • El artista del hambre
  • Yo, Marco Ulpio Trajano
  • Abraza la oscuridad
  • El soldadito de plomo
  • La tierra de Canaán
  • El consejero
  • Noche de difuntos del 38
  • Contemplación
  • Cartero
  • La lotería
  • Word Study and English Grammar
  • Egidio el granjero de Ham
  • La vida del doctor Samuel Johnson
  • Yo me he llevado tu queso 
  • El vendedor de tiempo