Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

jueves, 7 de abril de 2011

VERNE: La vuelta al mundo en 79 días

"Era un hombre que debía haber viajado por todas partes, al menos con su imaginación."

"Un personaje cuya existencia era tan regular que no dormía fuera de casa, que no viajaba, que no se ausentaba jamás ni por un día."

"La Tierra ha disminuido de tamaño."

"Y, por lo que respecta a una visita a la ciudad, ni se le pasó por la imaginación, pues pertenecía a esa raza de ingleses que delegan en sus criados la visita a los países que atraviesan."

"Señor maestresala, no jure y recuerde esto: antaño, en la India, los gatos estaban considerados animales sagrados. Eran los buenos tiempos."

"Aquel caballero no viajaba, describía una circunferencia."

"Habían entrado en un fumadero frecuentado por aquel tipo de miserables, embrutecidos, enflaquecidos e idiotas, a los que la mercantil Inglaterra vende anualmente un total de doscientas sesenta millones de francos de aquella droga funesta que se llama opio. Tristes millones aquellos, conseguidos gracias a uno de los vicios más funestos de la naturaleza humana."

"En lugar de embarcarse en Inglaterra para los Estados Unidos, como un pillo vulgar y corriente, aquel Fogg había dado una gran vuelta y atravesado las tres cuartas partes del globo, a fin de alcanzar con seguridad el continente americano."

"Allí, con unos puñados de arroz, comió como un hombre para el que la cena era un problema todavía por resolver."

"Los puñetazos, aunque sean políticos, no dejan de ser puñetazos."

"Phileas Fogg, así conducido, sin tiempo para reflexionar, salió de su habitación, salió de su casa, saltó a un cab, prometió cien libras al cochero y, después de aplastar a dos perros y de haber chocado contra cinco coches, llegó al Reform Club."

"Así pues, Phileas Fogg ganó su apuesta. Recorrió en ochenta días aquel viaje alrededor del mundo. Empleó para llevarlo a cabo todos los medios de transporte, paquebotes, ferrocarriles, coches, yates, barcos de carga, trineos y hasta un elefante. El excéntrico gentleman desplegó en aquel asunto sus maravillosas dotes de sangre fría y exactitud. Pero ¿y después? ¿Qué ganó con todo aquel desplazamiento? ¿Qué le proporcionó aquel viaje?"

Jules VERNE, La vuelta al mundo en 80 días, Anaya, Madrid, 1984.