Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

miércoles, 20 de abril de 2011

SKORZENY: Vive peligrosamente

"Aprendimos a dar la cara como hombres en defensa de todo lo que decíamos y hacíamos; aprendimos a luchar por nuestros actos y palabras con un arma en la mano y hasta la última consecuencia. Pero también aprendimos a encajar todos los golpes manteniendo una actitud impasible."

"Hasta el día anterior, todos aquellos que desempeñaban un puesto oficial habían portado, voluntariamente o, tal vez, involuntariamente, el brazal del Frente Patriótico. Era natural pensar que la mayoría de ellos lo había llevado voluntariamente. Sin embargo, ¡al día siguiente no había ni uno solo que se atreviera a lucirlo! ¡Qué pronto se había olvidado el pasado! ¡Qué pronto se había cambiado de color y de casaca!"

"Apenas nos fijamos en la destrozada barrera fronteriza; sabíamos que íbamos hacia la guerra. Los primeros embudos causados por las bombas y proyectiles artilleros fueron cosa nueva para nosotros; los miramos curiosamente."

"Nos repartieron el rancho y comprobamos que sabía muy bien una marmita llena de habichuelas, comidas al borde de la carretera, en la cuneta. ¡No importa que esté llena de polvo y éste se quede entre los dientes!"

"De pronto tropecé con un montículo de tierra. Vi que sobre él se erguía una cruz de madera. Era la tumba de un compatriota, de un soldado alemán. La lumbre de mi cigarrillo me permitió leer la fecha que figuraba sobre la cruz: era la del día anterior... ¡Ya nos hallábamos en pleno escenario de la guerra!"

"Aquellas largas columnas de evacuados que, casi siempre, ignoraban adónde se dirigían."

"Cuando se supo que dos jóvenes de las SS habían preferido los servicios de las dos mulatas a los de las blancas tuvieron que comparecer ante un Tribunal de Guerra que les condenó a severas penas por haber vulnerado las leyes raciales."

"Estábamos convencidos de que el destino, tal vez, había escogido a los hombres de nuestra generación para que derrotasen a la invencible Rusia."

"Los rostros de los mongoles y de los calmucos carecían de expresión, daban la sensación de que los sufrimientos y penalidades eran, para ellos, simples jugadas del destino, que les tenían completamente sin cuidado."

"Debo reconocer que apenas sabemos nada de cómo vive el resto del mundo. Nos limitamos a trabajar como si fuésemos los únicos habitantes de la tierra."

"El soldado debe ignorar la frase 'más tarde', pues nunca es demasiado pronto para comenzar cualquier acción. Las cosas importantes no admiten espera, deben ser preparadas y llevadas a cabo lo antes posible."

"Me dijeron que debía simular que estaba entusiasmado con la orden que acababa de recibir y dar mensualmente un informe sobre los planes que iba trazando para cumplirla; y que sólo podría ir diciendo la verdad con cuentagotas, cuando a los de arriba se les hubiese pasado la euforia."

"No existía ninguna duda de que el soldado Skorzeny acababa de recibir una orden cuyo cumplimiento influiría sobre el resto de su vida, tanto si podía cumplirla satisfactoriamente como si se sentía imposibilitado de llevarla a cabo."

"Hice hincapié en el hecho de que toda empresa debía ser puesta en práctica por primera vez en alguna ocasión, no pudiendo saberse, en caso contrario, si resultaba factible."

"Entré en una estancia ocupada por Benito Mussolini y dos oficiales italianos a los que me apresuré a aplastar contra la puerta.

Otto Skorzeny, Vive peligrosamente, Editorial Acervo, Barcelona, 2004.