Jorge Luis BORGES: "Nadie puede leer dos mil libros. Yo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer, sino releer."

miércoles, 4 de julio de 2012

Amistoso intercambio epistolar entre el sultán turco y los cosacos zaporogos

Como Sultán, hijo de Mahoma, hermano del Sol y de la Luna, nieto y virrey de Dios, gobernante de los reinos de Macedonia, Babilonia, Jerusalén, Alto y Bajo Egipto, emperador de emperadores, rey de reyes, extraordinario caballero, nunca derrotado, guardián de la tumba de Jesucristo, delegado del poder divino, esperanza de los musulmanes, gran defensor de los cristianos… Os ordeno, cosacos zaporogos, someterse a mí, voluntariamente sin resistencia alguna, y cesar en vuestros ataques.


¡Cosacos zaporogos al sultán turco!

¡Despojo babilónico, loco macedónico, cervecero de Jerusalén, follador de cabras de Alejandría, porquero del Alto y Bajo Egipto, cerdo armenio, ladrón de Podolia, pederasta tártaro, verdugo de Kamianets, tonto de todo el mundo y el submundo, idiota ante nuestro Dios, nieto de la serpiente y calambre en nuestros penes, morro de cerdo, culo de yegua, perro de matadero, rostro del anticristianismo, follamadres!

Oh sultán, demonio turco, hermano maldito del demonio, amigo y secretario del mismo Lucifer. ¿Qué clase de caballero del demonio eres que no puedes matar un erizo con tu culo desnudo. El demonio caga y tu ejército lo come. Jamás podrás, hijo de perra, hacer presos a hijos cristianos. No tememos a tu ejército: te combatiremos por tierra y por mar. Púdrete.

¡Los zaporogos declaran, basura de la basura, que nunca podrás apacentar ni a los cerdos de los cristianos! Concluimos. No sabemos la fecha ni poseemos calendario: el mismo día es aquí que allí. ¡Bésanos el culo!