Se había casado muy joven con un quiropráctico muy bien calificado en el mundo deportivo, corpulento y de gran corazón, que la amó sin reservas y con el cual tuvo cuatro hijas y tres hijos. Era ella quien llevaba las riendas de todo, en su casa y en algunas ajenas, pues se sentía obligada a ocuparse de los problemas de una numerosa familia antioqueña. Era como una segunda madre de todos, tanto por su autoridad como por sus desvelos, pero además se ocupaba de cualquier extraño que le tocara el corazón. Más por su independencia indomable que por necesidad, vendía automóviles y seguros de vida, y parecía capaz de vender todo lo que quisiera, sólo porque quería tener su plata para gastársela. Sin embargo, quienes la conocieron de cerca se dolían de que una mujer con tantas virtudes naturales estuviera al mismo tiempo bajo el sino de la desgracia. Su esposo se vio incapacitado durante casi veinte años por tratamientos siquiátricos, dos hermanos habían muerto en un terrible accidente de tránsito, otro fue fulminado por un infarto, otro aplastado por el poste de un semáforo en un confuso accidente callejero, y otro con vocación de andariego desapareció para siempre.
Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ, Noticia de un secuestro, Mondadori, Barcelona, 1996.
Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ, Noticia de un secuestro, Mondadori, Barcelona, 1996.