Cuando sacó las redes, el joven pescador encontró entre los peces que se debatían una botella. Muy contento, regresó a tierra y, después de vender lo poco que había pescado, se dirigió a la taberna del puerto. Allí entregó la botella a un viejo pescador, que hacía años que no salía al mar. Éste la abrió y encontró dentro un papel, y en el papel, estas palabras borrosas: "¡Socorro! ¡Estoy aquí! El océano me arrojó a una isla desierta. Estoy en la orilla y espero ayuda. ¡Dense prisa! ¡ESTOY AQUÍ!"
-No tiene fecha. Seguramente es ya demasiado tarde. La botella pudo haber flotado mucho tiempo -dijo el viejo pescador.
-Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano se encuentra la isla -apuntó el tabernero.
-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla Aquí está en todos lados -dijo el pescador joven, que soñaba con magníficas aventuras.
Los tres hombres comenzaron a discutir, sin ponerse de acuerdo.
Wisława SZYMBORSKA, Mensaje en una botella.
-No tiene fecha. Seguramente es ya demasiado tarde. La botella pudo haber flotado mucho tiempo -dijo el viejo pescador.
-Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano se encuentra la isla -apuntó el tabernero.
-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla Aquí está en todos lados -dijo el pescador joven, que soñaba con magníficas aventuras.
Los tres hombres comenzaron a discutir, sin ponerse de acuerdo.
Wisława SZYMBORSKA, Mensaje en una botella.