Por mi parte, cuando pienso en la sabiduría y nobleza de espíritu de aquel hombre, ni puedo dejar de recordarlo ni, al acordarme de él, puedo dejar de elogiarle. Si alguno de los que aspiran a la virtud tuvo trato alguna vez con alguien más beneficioso que Sócrates, considero que tal hombre debe ser tenido por muy feliz.
JENOFONTE, Apología de Sócrates, Gredos, Madrid, 1993.
JENOFONTE, Apología de Sócrates, Gredos, Madrid, 1993.