Cuando el arzobispo de Lyon, Montazet, fue a tomar posesión de su sede, una anciana canonesa de..., hermana del cardenal de Tencin, le felicitó por sus éxitos con las mujeres y, entre otros, por el hijo que había tenido con Mme. de Mazarin. El prelado todo lo negó, agregando:
–Madame, sabéis que la calumnia ni siquiera a vos os ha respetado; mi historia con Mme. de Mazarin no es más cierta que la que se os atribuye con el cardenal.
–En tal caso –contestó la canocesa tranquilamente–, el niño será vuestro.
CHAMFORT, Máximas, pensamientos, caracteres y anécdotas, Península, Barcelona, 1999.
–Madame, sabéis que la calumnia ni siquiera a vos os ha respetado; mi historia con Mme. de Mazarin no es más cierta que la que se os atribuye con el cardenal.
–En tal caso –contestó la canocesa tranquilamente–, el niño será vuestro.
CHAMFORT, Máximas, pensamientos, caracteres y anécdotas, Península, Barcelona, 1999.