Así fue como los mejores planes de Sherlock Holmes fueron arruinados por el ingenio de una mujer. Antes, mi compañero acostumbraba burlarse mucho de la supuesta inteligencia femenina, pero no he oído que lo haga últimamente. Y cuando habla de Irene Adler, o cuando se refiere a su fotografía, siempre lo hace bajo el honorable título de la mujer.
Arthur Conan DOYLE, Las aventuras de Sherlock Holmes, Esplandián Editores, Madrid, 1996.