A veces son los maestros quienes tienen que desconfiar de los alumnos, porque una educación también puede darse al revés.
En El jardín de rosas, Saadi nos presenta a un hombre poderoso, un visir, que desgraciadamente tenía un hijo bastante retrasado. Lo llevó ante un maestro y le dijo:
-Ocúpate de mi hijo. Quizá con tu ayuda se vuelva inteligente.
El maestro tomó al hijo bajo su tutela y le enseñó obstinadamente durante varios meses, tras lo cual lo condujo ante su padre y le dijo:
-Tu hijo sigue siendo igual de idiota. Y además, yo también me he vuelto idiota.
Jean-Claude CARRIÈRE, El círculo de los mentirosos, Círculo, Barcelona, 2000.